Cuando hacemos un análisis del ahora en Europa, encontramos un dominio de dudas. Dudas sobre la periferia europea, con el repetido ruido de los rumores sobre una posible reestructuración de la deuda griega o con las dudas sobre el éxito del rescate a Portugal. Sin embargo, en los mercados, evidenciamos una desconcertante tranquilidad en la renta variable; una dinámica que no encuentra seguimiento en el mercado de deuda soberana de las economías periféricas, donde podemos evidenciar sucesivos tensionamientos en las curvas de tipos de Grecia, Irlanda y Portugal.

Y es que, la tensión y la preocupación, sigue muy presente en estos países; el reflejo, lo encontramos en unos inversores que piden más y más para seguir comprando su deuda.  ¿Son sostenibles esos elevados tipos en el corto y medio plazo? ¿podrán estas economías seguir financiándose en el mercado cuando los mercados secundarios no consiguen frenar la tensión? Yo, les diría que no. Y, ¿Es compatible esta situación con nuevos máximos en la renta variable? Europa, aunque tiene un núcleo fuerte (Alemania y Francia) apoyado por economías como Finlandia, Suecia, Noruega Bulgaria o Estonia, cuenta con otras muchas economías en las que hay mucho trabajo por delante que acometer; en el frente económico, en el fiscal o en los sistemas financieros… dos velocidades muy distintas bajo una misma política monetaria. Sin duda, no será tarea fácil. En este contexto, parece complicado que el Stoxx consiga superar los máximos que se dejaban el pasado 18 de febrero.

Pero, ciertamente, ¿Qué relevancia tienen esos máximos? ¿Qué nos dice el análisis del medio plazo? Si observamos el siguiente gráfico semanal del Stoxx, podemos observar que los máximos de febrero, son a la vez, máximos para el movimiento alcista iniciado en marzo de 2.009.



Sin embargo, debe hacerse constar, que los máximos del pasado mes de febrero, pese ser superiores, no lograron alejarse de los máximos que se dejaron el pasado mes de enero de 2.010 y constataron que la presión alcista decrece y se debilita, cuando el selectivo se aproxima a la zona de máximos.

Con todo, se podría decir que el medio plazo del Stoxx es neutral y que no pasará a positivo, en la medida que cotice por debajo de los máximos de febrero en los 3.026. Sin embargo, si esa ruptura de los 3.026 no llega, si esa presión alcista no es capaz de repuntar cuando el índice se aproxime a los 2.909 y de nuevo en los 3.026, espero ver un camino de vuelta que en primera instancia podría devolver al Stoxx hacia niveles de 2.740. Una zona de soportes ciertamente importante para el medio plazo, porque su pérdida, actuaría de catalizador de recortes, con un objetivo en los 2.575 y que podría extenderse hacia los 2.400.

Resumiendo, si están largos, no olviden seguir ajustando los stops (podríamos estar cerca de un techo) y para abrir cortos; los de corto podrían hacerlo ya con un stop en los máximos de febrero y los de medio, deberían esperar la pérdida de la referencia de los 2.740. Mientras tanto, veremos si se resuelve alguno de los tantos frentes que tenemos abiertos.