Es también en esos momentos en los que la mente genera las mayores incertidumbres para el especulador. Cuando el mercado se mueve con violencia (como ha ocurrido estos últimos días a raíz de las dudas sobre el rescate de Chipre) uno tiene tendencia a operar con rapidez. Tenemos miedo a que el mercado se nos escape.
También queremos ser los primeros en subirnos al carro. Tiene que ver con la propia condición humana. El hombre es ante todo un ser competitivo. Competimos por todo en la vida, por el trabajo, por subirnos al avión, por recoger la maleta, por coger un taxi (se nota que estoy de viaje, ¿no?), etc.

El miedo a tener que correr detrás de los precios hace que muchas veces intentemos adelantarnos al propio mercado para ganarle algunos puntos. Reaccionar de forma intuitiva a los precios no suele dar buenos resultados para la mayoría de especuladores. Lo más adecuado, tanto para la cuenta corriente del trader como para su psique mental, es intentar eliminar parte (eliminarlo por completo es imposible) del ruido que acompaña a las cotizaciones.  ¿Cómo hacerlo? Primero abordando los mercados con una gran dosis de escepticismo y humildad. Los buenos traders siempre parten del principio de que pueden equivocarse y de que la operación que acaban de realizar puede no tener éxito. En el trading la prepotencia se suele pagar muy caro. Más allá de esta disposición mental es fundamental tener un sistema de comprobación que nos valide las señales de nuestro propio sistema. En realidad ese sistema de comprobación debe formar parte del propio sistema de trading.

De la misma forma que uno no cruza una carretera sin echar un ojo a ambos lados de la vía, incluso si uno pasa por un paso de cebra y el semáforo está en verde para los peatones, el buen trader le echa un ojo a su sistema de comprobación de señales antes de poner un pie en la peligrosa vía de los mercados.

¿Qué es un buen sistema de comprobación?

Evidentemente no hay un sistema mejor que otro. El trader deberá buscar el que más se adecúa a su forma de especular. Uno puede incluso tener varios niveles de comprobación, aunque no conviene abusar de ello ya que podríamos caer en el problema de la parálisis operativa. Suena como una recomendación muy general así que les voy a poner un ejemplo sencillo que suelo utilizar. No suelo utilizar muchos indicadores técnicos, pero estos pueden perfectamente cumplir la funciónque nos ocupa. Pongamos el ejemplo del S&P 500. Un indicador tan sencillo como el RSI puede utilizarse como sistema de comprobación si en lugar de fijarnos en los niveles de sobrecompra (por encima de 70) o sobreventa (por debajo de 30) nos fijamos simplemente en el nivel 50. Por encima de ese nivel el indicador nos indicaría que uno puede mantenerse comprado y a la inversa, si el indicador está por debajo de ese nivel. Ha funcionado relativamente bien en estos últimos meses, aunque ha dado algunas señales de advertencia rompiendo ese nivel para recuperarlo inmediatamente después (en datos diarios por lo menos). Pero no se confunda, un sistema de comprobación es un sistema de comprobación. No es el que le da la señal. Es el que la comprueba. No lo convierta, por lo tanto en un sistema de compra/venta.



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