Graniza sobre mojado en el universo Prisa. El grupo de los hermanos Polanco suma los problemas de la crisis sanitaria y económica a aquellos por los que atraviesa la compañía en los últimos años. El efecto Covid-19 ha llegado en el peor momento: en el primer trimestre aunque reduce en más de un 35% sus pérdidas frente al año anterior ha cifrado el impacto de la pandemia en 25 millones y medio en sus ingresos. De hecho ha suspendido las previsiones para todo 2020 a la espera de lo que ocurra.
En su Junta de finales de mes quiere aprobar una reducción de capital por valor de 595 millones para corregir su desequilibrio patrimonial. En lo que va de año en bolsa la empresa pierde 489 millones de capitalización colocándose como el tercer peor en recorrido del Mercado Continuo y una caída acumulada en el valor desde el 1 de enero del 48%.
En su gráfica de cotización observamos que Prisa ha rebotado un 26% en todo lo que llevamos de junio y más de un 40% desde los mínimos de mayo. A pesar del fuerte incremento en la cotización el valor no logra recomponerse de las fuertes pérdidas registradas por efecto del Covid-19, rondando de nuevo peligrosamente la zona de soporte de la que parece querer alejarse.
Según José Antonio González, analista técnico de Ei, Prisa "desarrolla poco atractivo técnico, en un contexto incuestionablemente dominado por las ventas y en el que en las últimas semanas registra un rango lateral perfectamente delimitado bajo la resistencia de los 0,793 y el soporte de los 0,52 euros por acción. La volatilidad sigue siendo muy abultada y se encuentra en una situación en la que, potenciales rebotes al alza, son claras oportunidades para deshacer posiciones largas o abiertas en cartera".
Prisa en gráfico semanal con Rango de amplitud medio en porcentaje (ventana central superior), MACD (ventana central inferior) y volumen de contratación (ventana inferior)
Pero los problemas crecen para Prisa. En Portugal mantiene su conflicto con Cofina sobre la venta de Media Capital, una operación por la que perderá 29 millones pero por el que obtendría 10,5, aunque la CNMV lusa parece que apoya a la compañía española. Su deuda sigue siendo muy elevada, de 1067 millones de euros, 6 más que hace un año. Por su esto fuera poco Moodys ha bajado su calificación crediticia a B3 con perspectiva negativa. Y Fitch ha puesto la puntilla: le baja un escalón y ahonda en su calificación especulativa y mantiene también la perspectiva negativa.
En la parte positiva destacan las medidas para luchar contra la pandemia, con ahorro de costes de 40 millones de euros o su empeño en elevar su nivel de caja hasta los 265 tras el primer trimestre del año, tras dotarla de 99 más.
Si atendemos a nuestros indicadores premium comprobamos que la compra de acciones de Prisa está lejos de ser una opción. Ante el rebote ha mejorado su puntuación hasta 3.5 de 10 puntos posibles. Avanza la tendencia a medio plazo, aunque a largo sigue siendo bajista. Lo mismo ocurre con el volumen, a medio es creciente pero a largo continúa en sentido contrario. Y el rango de amplitud, solo es decreciente a largo plazo.
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