El presidente pasó revista a las medidas económicas que ha propuesto desde su llegada a la Casa Blanca, el pasado 20 de enero, entre ellas un plan de estímulo económico valorado en 787.000 millones de dólares y un presupuesto de 3,6 billones de dólares.

En concreto, el presupuesto ha recibido duras críticas de la oposición republicana e incluso de algunos demócratas moderados, en especial después de que el brazo auditor del Congreso denunciara, el pasado viernes, que esa propuesta aumentará el déficit fiscal a 1,845 billones de dólares este año y a más de nueve billones a lo largo de una década.


A este respecto, el presidente estadounidense defendió su propuesta presupuestaria y aseguró que "la mejor manera de reducir el déficit es con un presupuesto que nos lleve al crecimiento económico", como a su juicio haría su proyecto.

Según dijo, "este presupuesto es inseparable de la recuperación económica".

El presidente estadounidense ha prometido reducir a la mitad el déficit presupuestario, que se calculaba en 1,2 billones de dólares en enero, en el plazo de cuatro años.

Obama considera que el presupuesto permitirá "invertir en energías renovables, crear nuevos empleos, nuevos negocios y depender menos del petróleo extranjero".

"El presupuesto que he enviado al Congreso sustentará la recuperación de nuestra economía sobre cimientos más sólidos, de manera que no tengamos que enfrentarnos a otra crisis como ésta en 10 ó 20 años", sostuvo.

La propuesta presupuestaria de la Casa Blanca pone el hincapié en el fomento de la educación y una reforma del sistema sanitario, reformas que, en su opinión, permitirán "sentar las bases de una prosperidad segura y duradera".

"Al fin y al cabo, la mejor manera de recortar el déficit a largo plazo no es manteniendo las mismas políticas de siempre, de deuda masiva y poca prosperidad. Es con un presupuesto que nos permita pasar de la era del gasto y los préstamos, a la era de los ahorros y la inversión".

A preguntas de los periodistas, Obama justificó la necesidad de la Reserva Federal (Fed) y del Tesoro de contar con más autoridad para intervenir a otras empresas financieras.

Según dijo, las autoridades pueden ahora mismo asumir la gestión de un banco, pero no de una empresa aseguradora como AIG, lo que ha dado como resultado situaciones "sin control", como el pago de bonificaciones millonarias a los directivos de esta firma.

"Tenemos que poder asumir el control de cualquier entidad susceptible de poner en peligro la estabilidad del sistema financiero", afirmó el presidente.