Esta situación provocó una huida masiva de los inversores del banco, que retiraron sus ahorros.

En un principio, el Gobierno calmó el pánico garantizando los depósitos, y en febrero de 2008 se vio obligado a nacionalizar Northern Rock, que había logrado un rápido crecimiento gracias a los préstamos agresivos a los compradores de viviendas.


Sin embargo, la entidad siguió firmando hipotecas controvertidas por hasta el 125% del valor de las propiedades durante varios meses posteriores a haber recibido el rescate del BoE, según la NAO. Este tipo de préstamos, que ahora son imposibles de obtener, están considerados un síntoma de la burbuja inmobiliaria previa a la crisis crediticia.

La hipoteca "Together" de Northern Rock incluía la garantía de un préstamo del 95% de la vivienda, junto con un préstamo no garantizado, que podía ser utilizado para cualquier propósito, de hasta el 30% del valor de la propiedad.

En total, entre septiembre de 2007 y febrero de 2008, cuando fue nacionalizado el Northern Rock, se concedieron más de 1.800 millones de libras esterlinas (unos 1.914 millones de euros) en hipotecas "Together".