Concluido el primer semestre del año, nos detenemos a valorar el 2.011. Sintetizándolo mucho, podríamos decir que el 2.011 nos deja un evidente recrudecimiento de la crisis de deuda de la periferia euro (iniciada en el 2.010) a la vez que se agrava la situación de la banca. También vivimos el desastre natural de Japón, las revueltas geopolíticas, la aparición de la inflación y tal como demuestran los datos económicos de los últimos meses, una desaceleración más que evidente de las economías desarrolladas.

Como ven, todos ellos son acontecimientos que no podríamos calificar precisamente de positivos. Sin embargo, si hacemos lo propio con la evolución de los principales índices mundiales de renta variable, encontramos números verdes.


Los motivos explicativos de esta sucesión de acontecimientos negativos con un traslado positivo a los mercados de renta variable, podríamos encontrarla en las respuestas a tales acontecimientos. Y es que efectivamente, cada “problema” ha contado con una respuesta a modo de “solución” que sin duda ha tenido un impacto positivo en los mercados. Una respuesta que, no solo ha logrado limitar el efecto negativo, sino que además, consigue dejar un balance positivo. Algunas de las medidas que se han tomado han sido, rescates a países como Irlanda, Portugal y se está trabajando en el segundo a Grecia, liquidez a los bancos y en materia de política monetaria, asistimos a los primeros cambios en los discursos de los Bancos Centrales de las economías desarrolladas que en el caso del BCE, suponen la primera subida de tipos (en línea con lo que ya vienen haciendo los países emergentes desde 2.010).

Con todo, si volvemos a reflexionar sobre lo acontecido en 2.011, encontramos que a pesar de las medidas que se han tomado, los frentes siguen abiertos, a la espera de resolverse, a la espera de encontrar una solución real pero… a tenor de lo que reflejan los mercados de renta variable, ¿quien puede dudar del acierto de las medidas? Así, ahora que la encrucijada de desaceleración económica, crisis de deuda de la periferia euro, delicada situación de la banca… vuelve a planear sobre la actualidad, no es de extrañar que las autoridades pertinentes, estén trabajando apresuradamente en una de esas medidas que permita dejar un balance positivo en los mercados de renta variable. Porque parece que lo importante, lejos de ser una solución real a los problemas, es que la lectura – apariencia de los mercados de renta variable, sea positiva.

Así, a la espera de conocer esas nuevas medidas, que seguro llegarán, no se olviden del S&P500 y del VIX. Como les decía la semana pasada, en la medida que el S&P 500 respete la media de 200 sesiones (en las inmediaciones de los 1.260 puntos ) y en la medida que el VIX cotice por debajo de 20, no deben preocuparse.