En los últimos meses, el ejecutivo de Mollerussa, al frente de Repsol desde hace cinco años, ha visto como la distancia con sus principales accionistas ha ido creciendo, especialmente con Sacyr –máximo accionista con el control del 20% de la compañía-, que con su presidente Luis del Rivero a la cabeza han vertido duras críticas a la gestión de la petrolera así como a su decisión de recortar el dividendo.

La lucha entre Luis del Riveo y Brufau se ha desatado, y las exigencias del presidente de Sacyr: aumento del dividendo, racionalización de las inversiones y adapatación de las mismas a tiempos de crisis, puesta en marcha de la venta de algunos activos para obtener efectivo, además de dar entrada a nuevos socios que compartan las fuertes inversiones previstas en los nuevos yacimientos de Brasil; han conseguido que el resto de accionistas de peso, La Caixa (14%), PEMEX (5%) y la familia Eskenazi (socio argentino de Repsol en su filial YPF) estén buscando el final de este enfrentamiento.

Sacyr apuesta por el relevo el la presidencia y, aspira a colocar a Luis del Rivero en dicho puesto. Mientras que por otro lado se plantea la posibilidad de que La Caixa ejerza de mediador entre los dos mandatarios con el objetivo de recuperar la confianza perdida por parte del presidente de Sacyr en el de Repsol. No obstante, si bien la entidad bancaria había permanecido en un segundo plano hasta el momento, a estas alturas cada vez está más incómoda con la situación y si se opta por el cambio de presidente pone de requisito que la persona elegida “conozca bien el sector energético y tenga prestigio”. De todos modos el posible relevo en la presidencia es por el momento una especulación.

Posibles candidatos


Del Rivero es sin duda el que más visibilidad está mostrando, sin embargo, su figura genera desconfianza. Dentro del seno de Sacyr también han sido señalados como posibles candidatos: Juan Abelló, Demetrio Carceller y José Manuel Loureda, accionistas y consejeros de la constructora, quienes también podrían ser capaces de recomponer las relaciones entre su presidente y Brufau.

Será en las próximas semanas cuando todas las partes intensificarán los contactos para elegir la solución que ponga fin a la brecha abierta en el seno de la petrolera, fundamental en España y Argentina.

Devaluación del bolívar

El pasado lunes se conoció la última de las medidas del gobierno venezolano de Hugo Chavez: la devaluación del bolívar. Una noticia que hizo que las miradas de todos recayesen sobre Iberdrola, BBVA, Telefónica o Repsol, empresas españolas con inversiones en el país latinoamericano. En el caso de la petrolera, la multinacional se apresuró a declarar que la medida tendrá un impacto “inapreciable” en sus cuentas puesto que el grueso de operaciones que realiza Repsol en Venezuela utilizan el dólar y no la moneda local. Habrá que esperar a ver si la decisión no se convierte en un quebradero de cabeza más para la compañía española.

Comportamiento del valor

Pese a lo convulso de su situación interna, en la cotización de la petrolera se imponen las buenas perspectivas, ya que como apunta, Juan Enrique Cadiñanos, codirector de EJD Valores, está superando niveles y alcanzando resistencia de medio y largo aplazo. Además el experto tacha de “alcista” el estado del título a corto y medio plazo, situando los 18.50 y 17.50 euros respectivamente como los niveles en los que deshacer posiciones.

Menos optimista se muestra Alberto Roldán, director del departamento de Renta Variable de Inverseguros, quien no tomaría posiciones en la compañía “pues el único catalizador que tenía a corto plazo era la venta de YPF y no tiene visibilidad”. Teniendo en cuenta que es la única petrolera que ha eliminado su dividendo, iría a otras compañías como Eni o Total.