La conocida como “Economía goldilocks” o de “ricitos de oro”, en la que todo surge en su justa medida en lo referido a inflación, crecimiento y políticas económicas favorables para los mercados, parece estar llegando a su fin. Durante lo que va de año, los mercados han experimentado dos importantes episodios de volatilidad, uno durante el mes de febrero, que afecto a la economía global, y otro durante el mes de mayo, que ha afectado principalmente a los mercados europeos.
El año comenzó con un mes de enero en el que se consiguieron dos tercios de lo esperado para todo el año, por lo que cualquier información hacía prever una corrección, que finalmente se produjo durante el mes de febrero debido a la variación de los datos de crecimiento de empleo en Estados Unidos, que fue del 2,6% frente al 2,9% previsto. Esto provocó una corrección del 10% de los mercados contagiados además por las tensiones geopolíticas.
La economía americana se vuelve estabilizar en poco tiempo, pero los mercados europeos no levantan cabeza por la incertidumbre de Italia y España, haciendo que se vuelva durante el mes de mayo a niveles de febrero, aunque esta vez solo afectara en gran medida a Europa.
Según el estratega macroeconómico Ignacio Muñoz, se espera que el escenario se vuelva negativo por el surgimiento inevitable de la inflación, que afecta a los Bancos Centrales que, a su vez, produce una subida de tipos y un sobrecalientamiento de la economía, que da lugar a una desaceleración. Por otra parte, es posible que la recesión económica en Estados Unidos llegue por causas naturales, debido al fin del pleno empleo o por el apalancamiento de las curvas y la subida de tipos.
Los mercados aceptarán este sesgo negativo y generarán volatilidad, aunque a día de hoy, los fundamentales se muestran sólidos y no hay nada que pronostique una recesión en el corto y medio plazo. A pesar de que los resultados del primer trimestre no han sido del todo favorables, es algo que el mercado atribuye a la estacionalidad y al clima que son circunstancias que normalmente afectan al primer periodo del año.
Estamos lejos del escenario inflacionario del BCE, por lo que es posible que se aproxime una subida de tipos. Según Ignacio, la retirada de estímulos por parte del Banco Central Europeo es muy posible que se haga de una sola vez y se anuncie en agosto, para dejar de comprar en enero del año que viene, por tanto es algo que aún queda lejos.
Estos periodos de corrección y la posible subida de tipos afecta especialmente a los mercados de renta variable, de los cuales la gente comienza a salir y tardan entre 6 y 12 meses en recuperarse.
A pesar de la solidez que presentan los mercados, los índices de confianza se resienten y podría indicar que se están anticipando a al deterioro de los fundamentales, pero es algo que en el medio plazo no es probable.