De esta forma, las empresas españolas prefieren despedir, fundamentalmente a los empleados con contratos temporales, antes que llevar a cabo una reducción de salarios. En concreto, el 58,3% opta por la reducción del empleo temporal como vía para reducir costes, el 11,8% reduciría el empleo indefinido y únicamente el 4,6% prefiere la opción del recorte del salario base.

Otras opciones infrecuentes son la reducción del componente salarial variable, mencionada por el 5,2% de las empresas, y el recorte de las horas trabajadas por los empleados (5,1%). La reducción de otros costes no salariales, como los gastos de marketing o las renegociaciones con proveedores, es una opción elegida por el 15% de las empresas consultadas.

Así, el términos comparados con el resto de países europeos, estos resultados muestran que el empleo temporal es utilizado con mayor frecuencia en España como la principal vía de ajuste ante una perturbación, mientras que el empleo indefinido se ve más aislado de las necesidades de ajuste de las empresas.

Este diferencial, explica el Banco de España, está relacionado con la mayor relevancia en España del empleo temporal, la elevada protección del empleo indefinido y el "alto grado de rigidez" que presentan los salarios en la economía española.

INFLACIÓN Y SALARIOS.

La muestra de la autoridad monetaria indica también que el impacto de la evolución de la inflación sobre el proceso de negociación salarial es muy elevado en el conjunto de empresas consultadas. Los resultados indican que alrededor del 70% de éstas aplican una política de formación de salarios que tiene en cuenta, de forma directa o indirecta, la evolución de la inflación.

Este porcentaje es más del doble al que se observa en la mayoría de los países europeos (33%) y es coherente con la elevada presencia de cláusulas de salvaguarda frente a la inflación en la mayoría de los convenios colectivos (en el 69% de los convenio) españoles. De hecho, la relación con la inflación, sea pasada o esperada, es directa y automática para el 54% de las empresas.

Dado el elevado grado de indiciación mencionado, los cambios de salarios que se relacionan con la evolución de la inflación ocurren una vez al año de forma mayoritaria; en concreto, en casi el 85% de las empresas. En cambio, las variaciones salariales asociadas a la antigüedad del trabajador o a otros motivos son menos frecuentes.