Este ajuste de valor afectará, fundamentalmente, a activos de exploración y producción de hidrocarburos en Estados Unidos y Canadá, como consecuencia de la reducción en las expectativas de precios futuros del gas. El cálculo definitivo del ajuste, junto con los detalles y bases de las nuevas valoraciones, se incluirán en el informe financiero anual de 2019.

El ajuste de valor de los activos reducirá los resultados específicos del año 2019, pero no tendrá efecto en la caja del ejercicio ni afectará al dividendo. "Se confirma la capacidad que tienen los negocios del grupo para generar caja y resultados futuros en escenarios de transición energética alineados con los objetivos de cambio climático, lo que permite a Repsol reafirmar su compromiso con la sostenibilidad y mantener las expectativas de rentabilidad para el inversor", apunta la compañía en un comunicado.

Repsol ha anunciado este lunes que orientará su estrategia para ser una compañía con cero emisiones netas en el año 2050, lo que la convierte en la primera de su sector en fijar esta ambiciosa meta.

La reconversión 'verde' de Repsol supone un ajuste en sus cuentas de 4.800 millones

La petrolera que preside Antonio Brufau se compromete a "aplicar las mejores tecnologías para alcanzar ese objetivo, incluyendo la captura, utilización y almacenamiento de CO2 y, en caso de que ello no fuera suficiente, compensando emisiones mediante reforestación y otras soluciones climáticas naturales". Para reforzar el compromiso de la organización con estas metas, Repsol vinculará al menos el 40% de la retribución variable a largo plazo de sus directivos y líderes, incluidos el consejero delegado y los miembros de la Alta Dirección, a la descarbonización progresiva de la compañía.

Repsol explica que estos objetivos servirán de base para el plan estratégico 2021-2025, que se presentará al mercado y a los inversores en la primera mitad de 2020. En línea con esta nueva orientación estratégica y en el contexto de las nuevas dinámicas de los mercados de petróleo y gas que se han venido consolidando en el último año, así como de las nuevas políticas públicas orientadas a la descarbonización de la economía, Repsol ha revisado las principales hipótesis para la evaluación tanto de sus futuras inversiones como de los activos existentes. En particular, se asume una progresiva descarbonización de la economía, se reducen las expectativas de precios futuros de crudo y gas y se aumenta el coste esperado por las emisiones futuras de CO2, configurando un escenario compatible con los objetivos climáticos del Acuerdo de París y de Naciones Unidas.

La gestión de los negocios se adaptará para garantizar en este nuevo escenario su rentabilidad futura y el cumplimiento de los compromisos de sostenibilidad. En el área de exploración y producción se priorizará la generación de valor y de caja sobre el aumento de la producción; en los negocios industriales se mantendrá la actual posición de liderazgo en rentabilidad del refino y se asumirán objetivos de descarbonización más exigentes, junto con un aumento de la producción de biocombustibles y productos químicos de baja huella de carbono; en los nuevos negocios se asume un objetivo más ambicioso de generación eléctrica baja en carbono para 2025.

Repsol cuenta en la actualidad con 2.952 MW en operación y 1.083 MW en desarrollo, y el Consejo de Administración ha aprobado nuevas inversiones para incorporar y construir dos proyectos fotovoltaicos y uno eólico por un total de 1.600 MW adicionales. Con estos proyectos, la cartera de generación baja en carbono alcanza los 5.600 MW.