La cotización es fijada por inversores privados, institucionales y por especuladores. Los inversores institucionales, son los inversores que más presión ejercen sobre los precios al disponer de más capital, pero dentro de sus expectativas no suelen tener tanto interés en la revalorización del precio como en la tasa de rentabilidad. El yield de los bonos y la rentabilidad por dividendo de las acciones es el principal argumento de inversión de los grandes fondos soberanos o de los grandes inversores institucionales
. En este sentido la prima de riesgo entre la yield de la renta fija y la rentabilidad por dividendo, siempre ha sido un imput decisor muy importante para los inversores institucionales. Esta prima de riesgo tiene mucho sentido, puesto que si por ejemplo la deuda pública de un país tiene un coste de financiación del 6%, es lógico que los inversores exijan alrededor de 200 puntos básicos más a la rentabilidad por dividendo, para asumir un riesgo privado y no público, exigiendo de esta manera un 8% de rentabilidad por dividendo.
Del mismo modo cuando baja el coste de financiación de la deuda, el inversor es menos exigente con la rentabilidad por dividendo y por lo tanto las acciones suben. Si tenemos en cuenta que la especulación en contra de la crisis ha producido una burbuja en la cotización de la deuda alemana, podemos entender que la vuelta a la racionalidad por parte de los inversores y las compras del BCE en el mercado secundario producen una relajación en la prima de riesgo y por ende en el coste de la deuda, lo que provoca una subida de la bolsa al exigirse menos dividendo a la renta variable.
Si sumamos al efecto de la prima de riesgo entre la deuda y el dividendo, la prohibición de posiciones cortas en las acciones españolas, tenemos suficientes argumentos para entender que las compras, en parte no son producidas por una mejora en la economía y sí a una mejora en las condiciones propias del mercado. En este sentido las entidades más endeudadas, como pueden ser Sacyr, FCC, Ferrovial o bancos como Santander, BBVA y Banco Sabadell, son candidatos a continuar con las subidas en la bolsa.