¿Cuáles son las conclusiones del último informe del servicio de estudios de Bolsas y Mercados Españoles (BME)? Si nos tuviéramos que quedar con una no sería una cifra, sino una afirmación objetivo y muy positiva: los inversores internacionales cada vez se sienten más atraídos por los valores cotizados en la Bolsa España.
Internacionalización de la economía española, clave
Si nos ceñimos a las cifras, los datos hablan por sí solos. La participación de los inversores extranjeros en el valor de las acciones cotizadas en la Bolsa española alcanzó el 46% a cierre de 2017, su "nivel más alto de la serie histórica", con un crecimiento del 3% en términos interanuales, del 9% en la década y de 16% desde 1992, según el informe de BME.
"Esta tendencia es reflejo del creciente grado de apertura alcanzado por la economía española desde la entrada en la Unión Europea, hace más de tres décadas, y de la consolidación del mercado bursátil español como uno de los más desarrollados del mundo", señala el estudio, que añade que "la globalización y la participación de capitales extranjeros en la superación de la crisis vivida en los últimos años también se señalan como factores que han incidido en esta evolución".
Propietarios más relevante de la Bolsa española
Las familias y las empresas no financieras suman cerca de un 20% cada una, mientras que fondos, compañías de seguros, bancos e intermediarios financieros, se reparten el 14% restante.
No obstante, el estudio subraya que aunque la elevada presencia de inversores individuales o familias ha sido históricamente uno de los rasgos diferenciales de la Bolsa española, en los últimos tres años los minoristas nacionales han reducido su inversión directa en acciones nacionales, retrocediendo a mínimos de 2008. A pesar de todo, BME sostiene que la riqueza financiera neta de los hogares alcanzó el récord de 1,37 billones de euros a cierre de 2017, cifra un 85% superior a la de 2008.
Instituciones de Inversión Colectiva españolas (fondos de inversión, fondos de pensiones y SICAVs), junto con las compañías de seguros y otras compañías financieras no bancarias, han sido el grupo de propietarios de acciones cotizadas que más ha aumentado su posición relativa en la Bolsa española y suponen ya el 8% del total, el nivel más alto de los últimos cinco años.
Por su parte, los bancos españoles aumentaron una décima su exposición a la Bolsa española, que se situó en el 3,1%. Esta participación es 13 puntos inferior a la de 1992 y 6 puntos menor a la de 2007. "Esta evolución refleja el impacto de la crisis en los últimos años y de la ruptura del modelo tradicional de negocio de la banca española", subraya BME.
Advertencia sobre la tasa Tobin
Los expertos de estudios del servicio de BME subrayan que la evolución de la participación de los extranjeros en la propiedad de las acciones cotizadas en la bolsa española podría estar en peligro con el impuesto a las transacciones financieras que planea el Gobierno, conocido como la tasa Tobin. En concreto, aseguran que produciría 'inequidad y arbitraje fiscal' con otros países del entorno y podría suponer una amenaza para la estructura financiera de las principales cotizadas españolas.
Precisamente, BME podría ser uno de los mayores perjudicados por la llamada tasa Tobin, ya que al encarecerse el acceso al mercado, muchos inversores podrían elegir otras plazas europeas para lanzar sus operaciones, lo que afectaría de forma muy negativa a los volúmenes de BME.
