Obviamente la diversificación es buena y más cuando ambas instituciones se han visto acusadas de una gran dependencia del sector español poniendo en tela de juicio su capacidad para desarrollarse y continuar con su ocupación.

En un contexto dónde la economía es cambiante, con una volatilidad elevada, en la que asistimos a una crisis de confianza en el sector interbancario desde la puesta en escena de la Crisis Griega posteriormente ejemplificada en la economía Portuguesa y Española; pues en este contexto se necesitan de instituciones trasnacionales capaces de limitar su dependencia sobre determinadas economías vecinas siendo capaces de aprovechar las ventajas que las economías en desarrollo nos ofrecen.

Y no todo ya se resume a qué la banca española dependa del sector inmobiliario nacional (tan sumamente casigado) o que haya prestado una gran cuantía a un país que ha visto reducida su fiabilidad crediticia (como es Portugal y podemos visualizar en el gráfico). SI no que simplificando las cosas se puede deducir que el principal motor de crecimiento y de generación de ingresos es la prestación de financiación y qué hoy en día y principalmente en el caso de las potencias occidentales nos enfrentamos a un entorno de restricción y constricción en el que las familias intentan reducir su endeudamiento llevando con ello a los bancos a tener un menor negocio del que nutrir sus ingresos.

Por ello la idoneidad de buscar oportunidades fuera. Y el mejor destino para ello es que las entidades se focalicen en economías en desarrollo con perspectivas de crecimiento y necesidades de inversión y financiación. A ese respecto vemos que el Banco Santander ha dedicado gran parte de sus esfuerzos a buscar un lugar apropiado en Sur América economías que a excepción del caso de Venezuela tienen importantes márgenes para poder incrementar su peso en la situación global. Así mismo el BBVA también podemos encontrarlo en estos países contando por su parte con una mayor presencia en el continente asiático. Por si mismo esto parece interesante pero no debemos olvidar que la idoneidad de una expansión reside en la pormenorización de los costes frente a la posibilidad de incrementar los resultados y es justamente Asia un continente con diferencias aparentes el que puede complicar la incorporación, sin ir más lejos los regímenes políticos que reinan en estos países (China, Japón, Corea, Singapur) pueden complicar la integración en su mercado debido a los requisitos individuales que cada uno imponga o también en el caso de Japón la situación de la economía que se encuentra desde años atrás en un proceso de deflación que dificulta la participación de la banca comercial la cual también inspira desconfianza desde el mundo occidental debido a las incertidumbres que resultan de los conflictos de la economía nipona. Así mismo debemos incluir las medidas de control de la actividad económica como pudo ser en el caso de china el haber aumentado el coeficiente de garantía obligatorio para los depósitos en las entidades.

Por su parte lo que si destacamos como un activo de valor resultaría la presencia de BBVA tanto en Rusia como en Australia. En el primer caso porque Rusia es un país relativamente próximo aunque solo sea debido a las transacciones monetarias derivadas de la explotación de sus recursos, lo cual obliga a las transacciones monetarias entre empresas de la Unión y empresas rusas. Además la economía rusa según las estimaciones del FMI presenta una potencialidad de crecimiento interesante lo cual sería motivo de fomentar la inversión con la atracción a la financiación internacional.

En el caso Australiano podemos citarlo como muestra de la recuperación de las economías occidentales. Ha sido el primer país que se ha decantado por un alza en los tipos de interés lo cual también resguarda los intereses bancarios al permitirles jugar en un mayor margen de intermediación.


En síntesis lo que podemos decir es que aún a riesgo de afrontar unos altos costes, BBVA se ha decantado por una internacionalización más diversificada lo cual le permite gozar de la potencialidad de los gigantes asiáticos así como de las previstas tasas de crecimiento en Sur América. De la misma manera aún que podemos encontrar una escasa presencia de BBVA en tierras de Oceanía llama la atención la ausencia en Canadá otras de las economías más predispuestas a alcanzar la recuperación en primer término.

A su vez Santander ha conseguido centrarse más en el continente sur americano dónde un mayor peso quizás le ayude a colocarse de una manera más intensa pudiendo llegar por ello posicionarse de una manera más profunda aún a riesgo de padecer una dependencia elevada de la evolución de las economías del sur del continente americano.