Por una parte, el organismo supervisor de los mercados aconseja a las sociedades de valoración de inmuebles de cotizadas, o en proceso de saltar al parqué, que implanten procedimientos que permitan asegurar la independencia de la sociedad y del personal responsable de esta tarea.También apuesta por un departamento de control interno que revise el trabajo del valorador, determinar una cobertura por responsabilidad en cada una de las valoraciones, fijar tarifas y retribuciones al valorador con absoluta independencia del valor del inmueble y aplicar las normas internacionales de valoración, entre otros criterios.A las inmobiliarias cotizadas les recomienda seleccionar y contratar sociedades de valoración tras verificar que no existen conflictos de interés, verificar si el informe de los valoradores es válido, exigir una metodología apropiada a éstos, y revisar las valoraciones recibidas de forma interna.La institución que preside Julio Segura también aboga por que las inmobiliarias cotizadas o que vayan a estarlo eviten una excesiva concentración de los servicios de valoración y que cumplan con los requisitos de información sobre inversiones inmobiliarias exigidos por las normas internacionales de contabilidad.También cree conveniente que éstas empresas difundan información financiera y no financiera lo suficientemente clara y comprensible por los inversores, una mayor implicación del comité de auditoría al contratar la compañía valoradora, y la identificación de posibles amenazas a la independencia de los valoradores.