Quieren despistar sobre soluciones tan claras como la “moratoria de embargos hipotecarios” o la dación en pago que defienden ADICAE y todo tipo de colectivos y expertos como solución a los problemas planteados.

La medida anunciada hoy por el Consejero Delegado del Santander, Alfredo Saenz, que no es otra cosa que una carencia de tres años en el pago del capital en las cuotas hipotecarias de sus clientes en paro puede aliviar algo a algunos de sus clientes pero aumentará los beneficios de la entidad al retrasar el plazo de pago de la hipoteca ese capital con intereses.

ADICAE estudiará la novación del contrato que suponga para denunciar por ilegal el abuso de anatocismo que puede producirse con esta carencia: todo el capital cuyo pago se posponga en la carencia generará intereses durante toda la vida del préstamo, además de los intereses que por ese mismo capital se pagarán durante la carencia. Es decir, el hipotecado pagará dos veces intereses por el mismo dinero prestado.

Nada ha dicho el Santander sobre los miles de hipotecas que ha ejecutado y las viviendas que ha embargado ya a pesar de exhibir impúdicamente esos enormes beneficios de 3.501 millones de euros en el primer semestre de 2011.

Este tipo de iniciativas, como otras que se divulgan a gran escala como Bankinter, con las “hipotecas con dación en pago” que ha sido calificada por la mayoría de los analistas y expertos como “mera operación de marketing”, ocultan las condiciones leoninas y de altos costes para los clientes, es decir, más negocio, negocio, negocio, sólo se refiere a nuevas hipotecas, olvidando a los que están embargando y ejecutando diariamente, y sobre todo no dice a qué clientes darán estas hipotecas, que normalmente serán aquellos para los que la dación en pago sólo sería un caso muy hipotético y altamente imrpobable. Es decir, está en la línea de lo que se ha llamado un cambio de cartera hipotecaria y de restricción radical del crédito hipotecario que viene empujado para todas las entidades después de la crisis financiera y la burbuja hipotecaria.

ADICAE considera que no engañarán a nadie con estas maniobras, que sólo pretenden impedir los necesarios cambios de la legislación hipotecaria española y que deberían comenzar por la moratoria por tres años a todos los embargos de vivienda habitual que está proponiendo ADICAE al Gobierno y al Parlamento.