Si analizamos el largo plazo del sectorial, observamos que la recuperación que se inició en marzo de 2.009 finalizó hace más de un año, sin ni siquiera alcanzar el retroceso del 38,2% del movimiento bajista que tuvo lugar entre octubre de 2.007 y marzo del 2.009. Desde allí, comenzó una suave pero constante tendencia bajista que a fecha de hoy continua vigente.





Sin embargo, las complicaciones y la debilidad se intensifican al analizar el corto plazo del sectorial. Observamos que mientras el Stoxx cotiza en las inmediaciones de los máximos que se dejaron el pasado mes de agosto, el sectorial bancario ha sufrido un evidente deterioro técnico que le ha llevado a cotizar un 12,16% por debajo de los mismos. Y es que en el corto plazo del sectorial bancario, los síntomas bajistas no cesan. Como pueden observar en el gráfico anterior, a finales del mes de septiembre tuvo lugar la ruptura bajista del último impulso alcista iniciado a principio de junio (círculo de color gris claro) y recientemente, tuvo lugar la ruptura bajista de la media de 200 sesiones. Con estas dos rupturas bajistas como telón de fondo, ahora la atención queda centrada en los 205, un nivel decisivo que de perderse supondría un mínimo inferior al que se dejó el pasado mes de agosto y pondría fin al patrón de mínimos crecientes que a fecha de hoy permanece vigente.

Resumiendo, debilidad en todos los plazos del sectorial bancario y que lleva a centrar la atención en los 205, nivel de soporte que de perderse actuaría de catalizador de los recortes y complicaría las cosas en los mercados de renta variable.




La fuerte debilidad que ha sufrido el sectorial bancario europeo en los últimos meses, también se ha hecho sentir en los dos grandes bancos españoles. De hecho, desde que en agosto dejaran los últimos máximos relativos, BBVA y Santander han sufrido un mayor castigo que el sectorial bancario europeo ya que cotizan un 19,36% y un 16,01% por debajo de los mismos, respectivamente.

En el caso de BBVA, como pueden observar en el gráfico anterior, importante debilidad que podría intensificarse con un cierre por debajo de los 8,97. Así, con la pérdida de los 8,97, apoyamos un escenario de continuidad bajista y por tanto, abriríamos posiciones cortas con un primer objetivo en los 8,55 y stop en los 9,25.



Caso similar tenemos en el Santander que en las últimas jornadas ha reducido a la mínima expresión las distancias con el importante soporte de 8,83. Si en las próximas jornadas tiene lugar un cierre por debajo de los 8,83, apoyamos un escenario correctivo con un primer objetivo en la zona de los 8,30 y un stop en el 9,08