Indra acaba de cerrar, con la llegada del nuevo año, un acuerdo con la Agencia Tributaria con diversos socios por valor de 18,8 millones de euros para la adjudicación de siete lotes de contratos para desarrollar y mantener aplicaciones informáticas, para digitalizar los servicios de Hacienda. Uno de los lotes se ha adjudicado en solitario por 1,6 millones de euros en el que era el único oferente.
Mientras, también hemos conocido que desarrollará en Chile, en la localidad de Valparaiso una plataforma tecnológica para la renovación del puerto de la ciudad, que permitirá a Silogport automatizar los flujos de trabajo y se encarga de dirigir esa información a los órganos correspondientes para completar los requisitos, tanto operativos como legales.
Contratos que siguen avalando el buen hacer de la compañía que ha presentado en 2021 su mejor tarjeta de visita que se recuerda en los últimos 18 años, con avances que superaron el 50%, tras verse penalizada por un cambio en la dirección, que después se ha consolidado.
Sin embargo, en este comienzo de 2022 y a pesar de que su potencialidad supera el 28% con la apuesta de los analistas por el valor, no logra recuperarse de la fuerte venta, de hasta el 5% de su participación en Indra por parte de la Corporación Financiera Alba hace un mes. De hecho, el valor, a pesar de su progresión, no logra recuperar niveles, ni tampoco la cota de los 10 euros por acción.
También se encuentra lejos de sus mejores niveles del último año, en concreto, un 15% por debajo tras la venta de Alba por casi 91 millones de ese 5% de su capital a SAPA Placencia Holding y quedarse como un accionista lejos de la presencia de Deutsche Bank del 5% de Fidelity e incluso por debajo de Norges Bank.
En su gráfica de cotización comprobamos como el valor incluso se muestra en negativo, con apenas un 0,6% en lo que va de año, mientras que su recorrido a la baja en el último mes supera el doble dígito, hasta el 10,4% en su precio en el Ibex.
Indra, como nos señala el analista técnico de Estrategias de Inversión José Antonio González, “logra rebotar posiciones al corto plazo a partir del área de soporte comprendida en torno a los 8,785 / 8,55 euros por acción, área que es aproximación a su media móvil simple de 200 periodos o de largo plazo. La estructura creciente de fondo permanece intacta pese al proceso correctivo de los últimos meses iniciado a partir de los 11,10 euros por acción”.
Indra en gráfico diario con Rango de amplitud medio en porcentaje, oscilador MACD y volumen de contratación
Y siguiendo el valor desde el punto de vista técnico vemos que los indicadores premium que elabora Estrategias de Inversión nos muestran una puntuación total, en modo alcista para Indra, de 8 sobre 10. En la parte negativa destaca la tendencia a medio plazo, que se muestra bajista. El resto, al alza, como ocurre con la tendencia a largo plazo. Positivo es el momento total de Indra, tanto lento como rápido. También creciente se muestra el volumen de negocio en sus dos vertientes, a medio y a largo plazo, mientras que la volatilidad del valor es decreciente también en ambas, a medio y a largo plazo.
Además, desde Renta 4, el analista técnico Eduardo Faus destaca que “Tras encontrar resistencia en los máximos prepandemia, en 11,45 euros, experimenta una caída del 20%, alcanzando primeras zonas de soporte en 8,75 euros. Curiosamente, en este proceso correctivo del precio, el consenso de analistas ha venido elevando sus objetivos un 15%, hasta los 13,56 euros actuales, a un 47% de distancia. Mientras en su recomendación apuesta por mantener/compra parcial”