El grupo reiteró su intención de invertir 4.200 millones en 2009, un 44% menos que los 7.500 millones de 2008, y de realizar desinversiones por 2.500 millones. Hasta la fecha, las ventas de autocartera, del 27% de la guatemaltea Nacega y del 10% de Gamesa sitúan las desinversiones ya acometidas en 850 millones.

Los directivos confirmaron además que algunos de los accionistas de la compañía han participado en la ampliación acelerada, pero no dieron sus nombres e insistieron en que la operación, de carácter técnico, se ha realizado para reducir deuda y fortalecer el balance.

Iberdrola espera que su deuda se sitúe en entre 25.000 y 26.000 millones a finales de año, y mantendrá sus planes de reparto de dividendo. Tras la operación, señaló, la compañía tendrá menos dificultad para gestionar su deuda en el segundo semestre del año.

"La compañía ha actuado de modo que quede claro que no quiere hacer nada que parezca al mercado más de lo estrictamente necesario", señalaron los directivos para defender que el volumen de la ampliación no ha sido "ni insuficiente ni excesivo".

En cuanto a las inversiones y a la posible compra de activos, Iberdrola insiste en su objetivo de fortalecer el balance y no prevé realizar compras significativas salvo que representen una oportunidad. "Tenemos flexibilidad para crear valor", indicó.

La ampliación cerrada hoy elevará en un 4,99% el capital de la empresa. En la colocación han participado más de 200 inversores institucionales de todo el mundo y, tras la misma, se emitirán 250 millones de acciones nuevas a un precio efectivo de 5,3 euros por título.