Con esta nueva inyección, se pretende evitar así la quiebra del país y su salida de la eurozona.

La canciller alemana, Angela Merkel
y los primeros ministros italianos, Mario Monti, y griego, Lucas Papademos, expresaron su confianza en que habrá un acuerdo sobre Grecia el lunes. Papademos tuvo un encudespués con su homólogo holandés, Mark Rutte, uno de los más reticentes a seguir ayudando a Atenas.

La ayuda se depositará en una cuenta bloqueada con el fin de garantizar que se destine prioritariamente al pago de la deuda y sólo después a financiar los servicios públicos. Además Atenas deberá poner en marcha antes de final de mes una serie de medidas de ajuste ya comprometidas para recibir los fondos, según las fuentes.

Además, se baraja que Alemania, Países Bajos y Finlandia exijan un control reforzado sobre Grecia, por ejemplo mediante una 'troika' permanente en Atenas de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objetivo de se apliquen las reformas prometidas.

No está claro cuánto dinero aportará al rescate el FMI. Se espera que en este segundo rescate contribuya con menos fondos, unos 13.000 millones.