Estas son algunas de las principales medidas presentadas:
- Las agencias de calificación de crédito no podrán prestar servicios de asesoramiento.
- Tampoco se les permitirá calificar instrumentos financieros si no disponen de suficiente información de calidad sobre la que basar su actividad.
- Estas agencias deberán implantar una estructura interna de revisión de la calidad de sus calificaciones.
- Sus consejos de administración o supervisión tendrán que tener al menos tres directores independientes, cuya retribución no esté supeditada a los resultados de la agencia, y al menos uno de ellos debe ser experto en seguros y financiación estructurada.
Estos administradores serán nombrados por un único mandato no superior a cinco años y solo podrán ser destituidos por falta profesional.
- Las agencias deberán informar sobre los modelos, metodologías y supuestos fundamentales que sirvan de base para efectuar su calificación.
- Además, estas empresas tendrán que presentar un informe anual de transparencia.
El comisario McCreevy consideró que al sector "le debería gustar" esta propuesta, ya que la principal baza que tiene una agencia de calificación "es su reputación", y reconoció que "la reputación de las agencias ha disminuido en el último año".
El comisario confió en que las medidas podrán entrar en vigor dentro de un año aproximadamente, ya que tanto el Parlamento Europeo como la Presidencia francesa de turno han avanzado que quieren actuar "con la mayor agilidad posible".

