Muchos son los focos que se deben apagar en el seno de la economía mundial pero si nos centramos en Europa, hay un eje sobre el que giran la mayoría de las preocupaciones. De la misma manera que la cuna de la democracia fue el centro cultural y económico de los primeros pasos de la civilización, Grecia se ha convertido en el epicentro de un terremoto de deuda que amenaza con llevarse por delante 12 años de unidad monetaria.
 
Los responsables políticos y financieros no han dado con la fórmula mágica que drene los problemas de deuda soberana y así, con los mercados tensionados por mil y un contratiempos (peligros de inflación, paro, desaceleración, precios del petróleo) la reestructuración de la deuda girega es una solución “demasiado peligrosa”, según Florence Pisani, economista de Dexia AM..
 
El efecto dominó podría ser devastador, con objetivos de envergadura como pueden ser la propia España o Italia. Incluso la dama blanca de Europa, Alemania, vería como la exposición de sus entidades financieras a la deuda griega podría poner en jaque sus inmaculadas cuentas. 
 
Es probable que la crisis se lleve por delante a Grecia, pero antes de que eso ocurra y como solución parcial al problema, Pisani ofrece una alternativa. “Debemos comprar tiempo”.
 
En lo que podríamos denominar una maniobra de distracción, Europa debe contener la fuga soberana que supone Grecia mientras España e Italia refuerzan a marchas forzadas sus balances para, en un futuro próximo poder afrontar el golpe que supondría un default griego. Mientras los mercados miran a otro lado, España e Italia hacen los deberes debajo de la mesa con los tutores centrados en recuperar Grecia.
 
Y es que según la experta, “hay dinero para tapar los agujeros soberanos de Grecia, Irlanda y Portugal hasta 2014, lo que no hay es para España e Italia”.
 
Así desde Dexia, ven posible reducir el déficit de nuestro país hasta niveles que el mercado no considere peligrosos. De esta manera y con una política fiscal y presupuestaria adecuada España podría salir del atolladero soberano a pesar de que los niveles de paro sigan siendo muy elevados.
 
Grosso modo, lo que se consigue es ganar tiempo para salvar las torres mientras que la decisión sobre los peones se pospone.