Estas necesidades son resultado de un ahorro nacional que se mantuvo en torno al 18,6% del PIB y una tasa de inversión que se redujo desde el 23,1% del primer trimestre  hasta el 22,7%.

En particular, el incremento de la capacidad de financiación de las empresas
fue el principal responsable de la corrección del total de las necesidades de financiación españolas. Estas incrementaron su capacidad de financiación hasta el 1,5% del PIB, en acumulado anual, debido a que su tasa de ahorro continuó aumentando (0,7pp hasta el 12,8% del PIB en 2T11), al tiempo que su inversión se mantuvo en torno al 12,7% del PIB. En el caso de los hogares, su capacidad de financiación en el segundo trimestre, en acumulado de los últimos doce meses, se situó en el 5,2% de su renta disponible, frente al 5,4% registrado en el trimestre anterior.
 
Esta disminución de dos décimas se explica porque la tasa de ahorro de las familias siguió disminuyendo a un ritmo mayor que la inversión, situándose actualmente en el 12,8% y el 8,6% de su RBD, respectivamente.