Trabajo explicó que los gastos previstos pendientes de imputación presupuestaria alcanzarían un importe de 1.143 millones de euros, motivo por el que disminuye el superávit.

En términos de caja, las operaciones no financieras se concretaron en una recaudación líquida de 38.557,9 millones de euros, con un descenso del 2,1% respecto al ejercicio anterior, mientras que los pagos se incrementaron un 8,2%, hasta 31.150,1 millones de euros.

Del volumen total de ingresos, el 91,29% correspondió a las entidades gestoras y servicios comunes a la Seguridad Social, y el 8,71% restante a las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Por su parte, el 93,49% de los pagos fue realizado por las entidades gestoras y el 6,51%, por las mutuas.