A su juicio, resultaba "surrealista" que frente a una crisis financiera, "la peor de los últimos 30 años", las bolsas experimentaran un continuo ascenso. Así, en la economía norteamericana, según explicó, la crisis ya se anticipaba hace meses, cuando se supo que su crédito iba a descender en dos billones de dólares. Así, a consecuencia de que en el mercado norteamericano "no se hayan contemplado medidas que pudieran atajar la situación", se están "simplemente reajustando" las expectativas de la economía real a la evolución de la propia crisis financiera, según mantuvo el presidente de la CECA.Quintás señaló asimismo que lo "desconcertante" e "incómodo" de la crisis es que ésta dependa de las decisiones que tomen los gobiernos y de la "sensatez" de los dirigentes políticos en EEUU, que es "de donde nace el tumor que nos está contaminando a todos"."Afortunadamente a España no han llegado los activos tóxicos, que son las 'subprimes', pero sí nos llegan los efectos secundarios, los daños colaterales. Se han cerrado los mercados internacionales financieros, así que los bancos y las cajas ya no nos podemos traer ahorro del resto del mundo, como hacíamos cuando la economía española crecía mucho más rápido que su ahorro interno", apuntó.Según indicó Quintás, si la crisis de las 'subprimes' no se gestiona bien desde EEUU, habrá "probablemente" otra oleada de impagos, que podría afectar igualmente a la economía española. El presidente de la CECA consideró así que la solución posible a la crisis será una reducción de los tipos de interés, aunque éstos puedan generar el "fantasma" de la inflación. "El daño al que no estamos exponiendo a corto plazo es temible; por eso vale la pena arriesgarse e intentar cortar la hemorragia y después tomar las medidas para reducir la inflación", explicó.