En el segundo trimestre, el PIB había crecido un 4 por ciento interanual y un 0,9 por ciento intertrimestral.Este crecimiento no coincide con el previsto por el Banco de España, que estimó un aumento del 3,7% del PIB en el tercer trimestre del año, si bien está en línea con las estimaciones del vicepresidente económico, Pedro Solbes, que ya apuntó un crecimiento de la economía española de entre el 3,7% y el 3,8% para este mismo periodo. La previsión del Gobierno para el conjunto del año es del 3,8%. Así, el crecimiento de la economía española es el menor alcanzado en los últimos cinco trimestres y se sitúa al mismo nivel que en el segundo trimestre de 2006, cuando también registró un incremento del 3,8%. Los datos del INE, que deberán confirmarse el próximo día 21, cuando el organismo estadísticos publique la tasa definitiva, no coinciden por tanto con las previsiones del Banco de España, que en su último informe económico estimó un crecimiento interanual del 3,7% en el tercer trimestre, tasa tres décimas inferior a la registrada en el segundo trimestre (4%), y pronosticó un aumento del 0,6% en tasa intertrimestral.Esta desaceleración del PIB, explica el Banco de España en su boletín económico de octubre, es resultado de la "menor pujanza" de la demanda nacional, cuya expansión (4,3% en tasa interanual) fue en el tercer trimestre tres décimas inferior debido a la moderación del consumo privado y de la inversión en equipo y construcción.En cuanto al sector exterior, la institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez estima que mejoró "ligeramente" su contribución negativa, pasando a restar ocho décimas al crecimiento económico, como consecuencia de un comportamiento "relativamente más dinámico" de las exportaciones frente a las importaciones.En concreto, señala que las exportaciones crecieron en el entorno del 6% interanual en el tercer trimestre, gracias a una mejora generalizada de sus componentes, en tanto que las importaciones se incrementaron ligeramente por encima del 7%, favorecidas por la apreciación del euro. Riesgo de presiones inflacionistasRespecto a la evolución de la inflación, el Banco de España reconoce que los datos del IPC armonizado publicados ayer muestran un "significativo deterioro" de la tasa interanual, que se situó en el 3,6%. En este sentido, advierte de que las subidas del precio del petróleo en los meses de septiembre y octubre y el riesgo de nuevos aumentos en los precios de los alimentos pueden incrementar las presiones inflacionistas en lo que queda de año, "con el riesgo de que los mecanismos de indicación vigentes faciliten la propagación de estas alzas de precios, de naturaleza transitoria, hacia el resto de la economía".En su boletín, el Banco de España afirma que la "suave desaceleración" del crecimiento económico afectó a todas las ramas productivas en el tercer trimestre, aunque más a la construcción y a la energía. El empleo, por su parte, también refleja "cierta pérdida de dinamismo" en relación con la primera parte del año. En este contexto, estima que la productividad aparente del del trabajo "se ralentizó levemente" entre julio y septiembre, lo que sumando a un "ligero repunte" de la remuneración por empleado, "habría supuesto un pequeño repunte de los costes laborales unitarios". No obstante, precisa que en lo que llevamos de año, los incrementos salariales y de los costes laborales están siendo inferiores a los de 2006.
Estabilidad para la tasa de ahorro de los hogaresSegún el Banco de España, la información disponible apunta a que en el tercer trimestre se mantuvo la "suave pérdida de vigor" del consumo final de los hogares españoles, que en el segundo trimestre creció un 3,3% interanual. El avance que ha experimentado el consumo de las familias en lo transcurrido de año ha estado sostenido por la fortaleza de la creación de empleo y por la moderación de los precios.Sin embargo, el menor impulso del gasto y el encarecimiento de la financiación ha reducido el ritmo de expansión de la deuda de las familias, de forma que el crecimiento interanual del crédito a los hogares se situó por debajo del 16% en agosto, tanto por la desaceleración de los préstamos para vivienda como de los destinados al consumo. En este punto, el Banco de España prevé que el ritmo de revalorización "más contenido" tanto de la riqueza inmobiliaria como financiera de los hogares, junto a unas condiciones financieras "menos holgadas", se traduzca en una disminución de la propensión al consumo por parte de las familias y en una mayor estabilidad de la tasa de ahorro en el futuro, tras años de descensos.Por su parte, el gasto de las empresas mantuvo su fortaleza, aunque dentro de una trayectoria "de suave moderación". El recurso a la financiación ajena por parte de las sociedades empezó a reflejar, según el Banco de España, "el endurecimiento relativo" de las condiciones financieras, de manera que el crédito recibido por las empresas moderó su tasa de avance interanual hasta el 24% en agosto.La construcción sigue desacelerándose
La institución gobernada por Fernández Ordóñez calcula que en el tercer trimestre el consumo final de las administraciones públicas continuó mostrando un ritmo bastante dinámico, mientras que la inversión en capital fijo redujo su "fuerte ritmo de avance", hasta situarse cerca del 6%, debido a la desaceleración de la inversión en construcción y del gasto en bienes de equipo que, pese a ello, se mantuvo como el componente más dinámico de la demanda.En concreto, precisa, en el segundo trimestre la inversión en construcción prosiguió la "senda de desaceleración" que inició en los primeros meses de 2006, tendencia "que se prolongará en el tercer trimestre del año" ante el menor dinamismo del sector.Por tipo de obra, tanto la inversión en vivienda como en otras construcciones se desaceleró hasta el 3,7% y el 5,7%, respectivamente, en el segundo trimestre. El Banco de España señala que los indicadores adelantados, como los visados, y la trayectoria de la demanda apuntan a que en el tercer trimestre prosiguió la ralentización de este componente.