Stanford deberá presentarse ante una corte federal en Richmond, Virginia, el viernes por la mañana, informó Associated Press, citando a autoridades federales.

El promotor de golf y cricket de 59 años se entregó el jueves en Virginia, dijo a Reuters por teléfono Dick DeGuerin, el abogado de Stanford en Texas.


"El se entregó", dijo DeGuerin tras hablar con Stanford, quien se encontraba en el hogar de su novia en Fredericksburg, a unos 80 kilómetros al sur de Washington. "Está bajo custodia del FBI", agregó.

El Departamento de Justicia y el FBI declinaron ofrecer comentarios.

No están claros los cargos que enfrentará. De acuerdo al Houston Chronicle, un gran jurado que considera los cargos contra Stanford regresó una acusación sellada el jueves temprano.

Stanford ya enfrenta una acusación civil de la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés) por vender fraudulentamente 8.000 millones de dólares en certificados de depósitos con tipos de interés inusualmente altas en el Stanford International Bank Ltd (SIB), con sede central en Antigua.

Stanford ha negado cualquier ilícito.

Antes de que la SEC presentara cargos por fraude contra Stanford, su fortuna personal se estimó en cerca de 2.200 millones de dólares por la revista Forbes. Tenía casas en Antigua, St. Croix, Florida y Texas.

Nigel Hamilton-Smith, el responsable de Antigua designado para supervisar la liquidación del banco que era operado por Stanford, ha acusado al millonario de usar los fondos de sus clientes para pagar aviones, casas y yates de lujo.

Los liquidadores de Stanford en Antigua y el síndico de la compañía con base en Estados Unidos han estado atascados en una batalla por el control del banco.

Ralph Janvey, el abogado de Dallas designado por el juez de distrito David Godbey para supervisar las operaciones y activos de Stanford, ha presentado documentación ante la corte en los que plantea que debería controlar el banco de Antigua junto a las entidades con base en Estados Unidos que ya maneja.

Los liquidadores de Antigua están en desacuerdo.