Además, según el estudio de DBK, las viviendas terminadas
se situarán sólo en unas 180.000 unidades.

De acuerdo con este informe, a corto y medio plazo las previsiones para el mercado inmobiliario apuntan a una prolongación de la actual situación de "muy baja" actividad en el mercado residencial. De este modo, se esperan nuevos descensos de los precios de la vivienda nueva y un mantenimiento del 'stock' de viviendas sin vender.

En el informe se pone de manifiesto que la creciente presencia de las entidades financieras en los canales de comercialización de viviendas conllevará nuevas dificultades para el resto de operadores, ya que los inmuebles comercializados por la banca se benefician de condiciones de financiación favorables y buena parte del 'stock' de viviendas, tanto nuevas como usadas, se encuentra en la actualidad en manos de bancos y cajas de ahorros.