Los tres países pactaron el pasado 9 de octubre conceder a Dexia
una garantía de financiación de hasta 90.000 millones de euros, de las cuales el 60,5% corresponden a Bélgica, el 36,5% a Francia y el 3% a Luxemburgo. No obstante, las negociaciones para ultimar este aval, que debe ser autorizado por Bruselas, se están prolongando más de lo previsto. Sin esta ayuda, Dexia tiene cada vez más problemas de financiación.

Por ello, la entidad se ha visto obligada a recurrir a créditos de urgencia de los bancos centrales (ELA, por sus siglas en inglés) con un coste muy elevado, según informa la prensa belga.

Además, la prensa belga asegura que el plan de rescate no puede llevarse a la práctica porque las nuevas deudas de Dexia garantizadas por Bélgica competirían directamente con las emisiones de deuda del propio Estado belga y dificultarían su colocación. No obstante, tanto Bélgica como Francia han negado que quieran renegociar el plan

A pesar de la incertidumbre sobre su futuro, las acciones de Dexia suben con fuerza. Suma un 10% hasta los 0,264 euros en la bolsa de Francfort.