En su último Boletín Económico, el organismo que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez advierte de que los bancos y las cajas de ahorros deben adaptarse a un nuevo panorama económico y financiero en el que la capacidad de expansión del negocio "está limitada".

"Deberán racionalizar las estructuras actuales y la contención de gastos de personal y administrativos, facilitando la reducción de costes de transformación", resalta el organismo, que también ve necesario "un redimensionamiento" en el sector "que permita aprovechar sinergias y economías de escala".

El Banco de España sostiene que el sistema financiero español ha logrado resistir el primer embate de la crisis financiera internacional originada en Estados Unidos en 2007 y que se propagó por todo el mundo, pero incide en la necesidad de seguir tomando medidas para afrontar la ralentización del negocio bancario.

El modelo de banca española, basado en el negocio minorista, junto a la ausencia de exposiciones a productos tóxicos y de vehículos de inversión fuera de balance, ha hecho que las entidades de depósito españolas se hayan visto "comparativamente poco afectadas por la primera oleada de la crisis financiera internacional", dice.

CRECIENTE MOROSIDAD, DIFÍCIL FINANCIACIÓN


No obstante, el Banco de España advierte de que el agravamiento de la crisis y el notable deterioro del entorno macroeconómico que se ha desencadenado, han desencadenado un rápido incremento de los activos dudosos y unas mayores dificultades para obtener financiación.

Esto se ha traducido en una "intensa ralentización" del crecimiento del negocio bancario, en parte por el intento de los agentes de reducir su nivel de endeudamiento en un proceso general de desapalancamiento mundial, lo que limita la capacidad de expansión del negocio y justifica la necesidad de medidas.

Para el instituto emisor español, "ya es posible apreciar los primeros efectos adversos del nuevo escenario", como la ralentización de la expansión de los balances, lo que supone un importante reto para un modelo de negocio descansado fuertemente en el continuado incremento del volumen de fondos intermediados.

La reducción de los resultados por operaciones financieras a raíz del comportamiento desfavorable del mercado de valores y el significativo incremento en las pérdidas por deterioro de inversiones crediticias, son otros factores que explican el descenso del resultado consolidado en 2008 y la caída de la rentabilidad de los fondos propios, indica.