Por primera vez en dos años, el Banco de Inglaterra ha decidido introducir nuevos estímulos en su política monetaria. La decisión ha pillado relativamente por sorpresa al mercado. Solo un tercio de los 32 analistas consultados por Bloomberg esperaban la reactivación de la compra de deuda.

El importe destinado a la compra de bonos estaba congelado en los 200.000 millones de libras. Las adquisiciones finalizaron a princios de 2010. Ahora esta cuantía se eleva hasta los 275.000 millones de libras.

El BoE no ha modificado los tipos de interés de la libra esterlina desde el 5 de marzo de 2009, fecha en la que la institución también estableció un programa de compra de activos mediante la emisión de reservas, que fue ampliado el 5 de noviembre de 2009 hasta 200.000 millones de libras (229.748 millones de euros), cifra en vigor hasta la decisión de este jueves.