Se cree que Citigroup, que hasta ahora ha recibido US$45.000 millones en inyecciones de capital del Gobierno y un acuerdo con este para aislarlo de cientos de miles de millones de dólares en pérdidas potenciales, recortará en gran medida sus costos de compensación. Otras instituciones financieras que han recibido fondos de los contribuyentes ya han anunciado que sus altos ejecutivos renunciarían a sus bonos de 2008, un año en el que los bancos fueron atribulados por las pérdidas.
El gigante bancario estadounidense ha recibido más ayuda de su Gobierno que muchos de sus rivales y los términos del paquete de rescate, revelados el miércoles en documentos entregados a los reguladores, son la señal más reciente de que el Departamento del Tesoro busca tener más influencia sobre las operaciones internas de Citigroup.
Los términos de la fusión requieren que Citigroup entregue al menos 60% de cualquier tipo de bonos de 2008 a sus altos ejecutivos en la forma de acciones diferidas, es decir que no pueden hacer uso de estas opciones sobre acciones sino en fechas determinadas, o efectivo. Como otras instituciones, Citigroup está instituyendo una cláusula a los bonos que le permitirá recuperar los pagos bajo ciertas circunstancias.
El pacto con el Tesoro también requiere que Citigroup mantenga sus políticas actuales sobre las actividades de lobby federal y que restrinja sus gastos. Citigroup también tiene que entregar un reporte que detalle la compensación de sus gestores de riesgo y los problemas potenciales con ese sistema de pagos.

