Los últimos indicadores que se han ido conociendo sobre la economía estadounidense están sumiendo a los mercados en un clima de decepción poco halagüeño para las expectativas de recuperación de los próximos meses. Los datos macroeconómicos que llegan del otro lado del Atlántico, si bien no son malos en un sentido estricto, si que se están quedando por debajo del consenso que manejaba el mercado, lo que está minando las expectativas de empresarios para el próximo semestre.
 
Según Diego Escribano, director de asesoramiento de BNP Paribas Fortis, una de las claves de esta desaceleración está siendo “la retirada de los estímulos financieros” que hasta ahora estaban manteniendo los índices de consumo en niveles cuanto menos aceptables; y es que hasta el momento, estos estímulos y la industria, eran los encargados de soportar el peso de la recuperación.
 
Si bien es cierto que la economía americana “ha dado un paso hacia la recuperación” – como afirma Enrique Castro, analista de Banco Echeverría – la verdad es que hay ciertos sectores a los que les falta “más madera”. En concreto, los expertos consultados por Estrategias de Inversión aseguran que a las empresas inmobiliarias y del automóvil  les falta ritmo, como demuestra la caída de ventas de vehículos hasta una tasa anual de 8,6 millones en 2010, mientras que en agosto de 2009 se manejaban cifras en torno a los 10 millones.
 
Con todo esto John Greenwood, economista jefe de Invesco, añade que “preocupa el mercado laboral”. Aunque los niveles de solicitudes más altos ya pasaron (se llegaron a ver las 600.000 semanales), el dato parece haberse estancado en las 450.000 solicitudes desde principio de año. El problema, apunta Greenwood, reside en que “el consumidor americano ha apurado excesivamente sus balances y necesita reparar sus finanzas para poder ver de nuevo tasas de crecimiento.”
 
Este menor crecimiento está llenando de agujeros uno de los puntos principales para la recuperación de cualquier economía, según Escribano. La semana pasada conocíamos los datos de confianza de la Universidad de Michigan que se situaba en los 66,5 puntos, el nivel más bajo desde agosto pasado, comparado con los 74,5 puntos que esperaban los economistas.
 
La mínima recuperación que se está viviendo en la economía americana favorece, según Greenwood, que la inflación quede en niveles mínimos, a pesar de una inicial debilidad del dólar, lo que además va a provocar que los tipos de interés impuestos por la FED se mantengan en el 0-0,25% actual durante, quizá, más tiempo del que en principio se pensaba. Por su parte desde la propia Invesco, se estima que el crecimiento del PIB se quede en un 2,8%, con una inflación del 1,2%. “Esto debería propiciar un entorno favorable para las inversiones en renta fija y permitir una prolongación de la recuperación de los mercados de renta variable.”
 
Estas estimaciones coinciden con las de Daniel Pingarrón, analista de IG Markets, quién asegura que “a pesar de los importantes problemas que presenta la economía americana, no entra en nuestras perspectivas una hipotética recesión.” Hasta ahora la atención se centraba en los países europeos pero “estados como Illinois y California tienen problemas de deuda más importantes que algunos de los países de la ribera mediterranea.”; y es que parece que los focos se están girando paulatinamente hacia el oeste, dejando en un segundo plano los sempiternos problemas europeos.
 
Como contraste a los datos macroeconómicos vemos como la mayoría de las empresas que hasta ahora han presentado resultados, lo están haciendo en consonancia e incluso por encima de las expectativas del mercado. Alcoa o Intel… son buenos ejemplos de valores que están presentando buenos números en este segundo trimestre.
 
Sin embargo, según Escribano, estos buenos resultados no están teniendo su reflejo real en los mercados de renta variable. “La falta de confianza del consumidor está provocando una alta volatilidad en los mercados americanos, que ven como empresas como Intel gana en el día que presenta sus resultados un 8,3%, para al día siguiente volver a desplomarse.”
 
Esta situación puede provocar, según Escribano, un rango lateral que “posiblemente dure años”, con una constante como la volatilidad como ingrediente recurrente. Además “ahora mismo existe una gran liquidez –añade el experto-, pero que no tiene un destino fijo, el mercado americano está en una situación de apatía, de cansancio, de desconfianza…”
 
Todo esto está teniendo su espejo en la cotización euro-dólar. Estas incertidumbres sobre la economía americana y los informes económicos fundamentalmente sólidos surgidos del bloque monetario común, junto con la exitosa subasta de bonos españoles, está reforzando la sensibilidad del Euro. Enrique Martí, director de CMC Markets España, apoya este canal alcista de la moneda europea y sitúa el soporte en los 1,2880 dólares en el caso más optimista, pudiendo llegar a los 1,2530 en el caso más pesimista.