La recuperación de la economía estadounidense, que en el segundo trimestre retrocedió un 0,7% y permanecía en territorio recesivo desde hace más de un año, superó las expectativas del mercado, que auguraba un crecimiento del 3%.

El Departamento de Comercio precisó que el repunte del PIB refleja principalmente la contribución positiva del gasto de los consumidores, así como de las exportaciones, el gasto público y las inversiones residenciales.