Ackermann admite haber "cometido errores" que forzarán a la entidad a depreciar sus activos y elevar su cartera de deuda. También que congelará la contratación de plantilla, aunque por el momento, no se contemplan despidos. La entidad ha confirmado que
tenía en su cartera de deuda unos 29.000 millones de euros de hipotecas de alto riesgo. Esto le obligaría a provisionar 625 millones de euros en sus resultados del tercer trimestre.