A priori los mercados y con ellos los inversores están teniendo todo aquello que van pidiendo. Como un niño malcriado las bolsas Europeas han pataleado en busca de soluciones que han ido llegando de mano de unos padres convencidos de poder redireccionar la situación de crisis actual. Ayudas de la Fed, cambio en las políticas monetarias... todo se ha intentado para que llegara la tranquilidad a las bolsas del mundo.

Sin embargo la situación parece bien distinta. En las últimas sesiones la rentabilidad de los bonos ha subido, los precios de los productos básicos se han desplomado, los precios de las acciones no han variado en demasía... incluso los recortes de impuestos de las últimas fechas no hna conseguido variar el curso de las cotizaciones.

El ánimo general de los inversores es de que el mercado se tambalea y que la volatilidad se va haciendo tejado y casa en los principales mercados e índices del mundo.

Si echamos un ojo a los mercados vemos que algunos de los movimientos más interesantes se han producido en el mercado de bonos y materias primas.

La rentabilidad del bono estadounidense a diez años ya ha llegado a los 3,2%, entre otras cosas por la preocupación en el ámbito de liquidez de la FED y la posible inflación futura; y es que el QE2 no está surtiendo los efectos deseados.

Sin embargo el articulista apunta a que el rally quizá tenga más sentido en el billete verde, ya que el escenario que maneja es una relajación en la rentabilidad de estos bonos.

Por otro lado y centrando las miradas ahora en el mercado de materias primas, el oro, se paunta desde el articulo, es una buena inversión a largo plazo, por lo que algunos inversores están aprovechando los puntuales recortes para tomar posiciones. Sin embargo a corto plazo no es una opción muy aconsejable.

En la renta variable la sensación es que es necesario consolidar los niveles del S&P en los 1.200 puntos. Un  nivel que se podría mantener hasta fin de año.

Todo ello con un telón de fondo político claro; y es que el acuerdo con los republicanos sobre el recorte de impuestos está marcando el destino de los mercados americanos. Este nivel de incertidumbre es el que, al fin y al cabo, está llenando de sombras un rally de fin de año que poco a poco va retrasandose e incluso podría no llegar