El Euro es, en estos días y a nivel de trading, una mera comparsa. Y no por el volumen que mueve, que obviamente en su cambio con el Dólar (EUR/USD) sigue siendo el cruce más operado, sinó por la escasa volatilidad o liderazgo que aporta al mercado, comparado con el actual rey de la fiesta, el Yen (JPY).

Así es. Desde que a los japoneses les volviera a dar un ataque de “harakiriedad” financiera, para regocijo de otros tantos (y tantas, manos fuertes, claro está), el Yen es la moneda ‘deseada’ en términos de trading estos días, tanto que su volumen (sin contar con las sobredosis del BoJ, por supuesto), se ha disparado en el último mes y medio, en algunas grandes casas de intermediación llegando incluso a duplicarse. Lo evidente, por tanto, es que si nos da por comparar un gráfico que tenga el Yen en alguna parte de su ecuación con otro que no lo tenga, encontrar las siete diferencias en cuanto a movimiento del precio se refiere, pues no va a ser para nada complicado. El gráfico adjunto, del EUR/USD, nos muestra esa ausencia de volatilidad en el último mes
, caldo de cultivo para la especulación sobre en qué dirección se producirá –cuando se produzca- la siguiente ruptura.

El disparo en volatilidades de los cruces con Yen también, de rebote, ha afectado a otra moneda que andaba un tanto ‘despistadilla’ estos últimos tiempos, caminando sin llamar mucho la atención: el CHF. El incremento de volumen y volatilidad, especialmente en los cruces AUD/CHF y GBP/CHF ponen de manifiesto que, si bien no en total sintonía como antaño, los efectos secundarios de los movimientos en el Yen se dejan sentir con cierta fuerza en los cruces con el CHF. Obviamente, el caso del EUR/CHF es diferente, porque en ese cruce, y por decisión ‘ad infinitum’ del SNB, no está permitida la volatilidad, salvo en dirección alcista, si la hubiere. Y es por ello que el dinero especulativo, si tiene que entrar en un juego de volatilidad con el CHF como moneda presente, elegirá otros candidatos a aquel que está manipulado y sea más costoso de mover.

En un juego de volatilidad, o cuando se está en un escenario en el que los movimientos amplios dominan, hay 2 premisas que tienen que tenerse en cuenta: la primera, que el análisis técnico es probable que salte por los aires con frecuencia, con lo que aquello de jugar a héroes e intentar predecir techos o suelos se vuelve una misión casi imposible; y la segunda, entender el cambio de escenario, y adaptar el trading a otros cruces. Y en este sentido, salir del los cruces que cuenten con estas dos monedas (JPY y CHF) en su ecuación y centrarse en otros, parece razonable.

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