Los inversores no residentes son los principales propietarios de las acciones de las compañías cotizadas españolas con un 39% del valor total. Esto supone un punto porcentual menos que en 2009 pero la segunda cifra más alta desde el año 1992 según un informe de Bolsas y Mercados Españoles.
Desde ese año la participación del capital extranjero en compañías españolas siempre se ha mantenido por encima del 30% como consecuencia del proceso de integración de la economía española en el ámbito internacional.