El grupo energético alemán E.ON tuvo en 2010 un beneficio neto consolidado de 4.900 millones de euros, un 4 % menos que en 2009, por depreciaciones de activos en el sur de Europa. Mientras, la ganancia operativa subió en el mismo periodo un 2 %, hasta 9.500 millones de euros, por el aumento de las ventas minoristas en el Reino Unido y de los precios mayoristas. 

Esta caída del beneficio neto tuvo su origen en la depreciación de activos en Italia, España y Francia. Además, E.ON había tenido en 2009 un beneficio mayor por la venta de algunos activos. E.ON redujo la deuda neta hasta 37.700 millones de euros a finales de diciembre del año pasado, 7.000 millones de euros menos que a finales de 2009.