Este pasado fin de semana los senadores republicanos John McCain y Richard Shelby dijeron que el Gobierno debería de permitir que algunos de los grandes bancos estadounidenses cierren sus puertas.

Es probable, por lo demás, que Bernanke, que responderá a preguntas de los medios tras su ponencia, tenga que rendir cuentas sobre a dónde han ido a parar los miles de millones de dólares del rescate de AIG.

El Gobierno se ha negado a revelar cómo se había empleado el dinero, al aducir que quería impedir que se extendiese el contagio de AIG.

Según un artículo publicado el viernes por el diario The Wall Street Journal alrededor de 50.000 millones de dólares de los 173.000 millones de dólares que el Gobierno ha inyectado en AIG han ido a parar a manos de al menos dos docenas de instituciones financieras de Estados Unidos y el extranjero.

Entre ellas figuran el Banco Santander, Goldman Sachs, Societe Generale y Merrill Lynch, entre otros, que tenían negocios con la aseguradora.