El pasado octubre, Barclays llevó a cabo una ampliación de capital de más de 7.000 millones de libras (unos 7.450 millones de euros al cambio actual) sin ayuda del Estado, aunque recurriendo a inversores internacionales de Oriente Medio y Singapur, lo que sentó mal en algunos círculos.

El banco ha sido sometido a un examen riguroso por la autoridad reguladora y, según el diario, sus responsables confían en que no va a necesitar más dinero de los inversores en los próximos años.

Sí tiene la opción de acudir al mecanismo de protección de activos del Gobierno, aunque no está obligado a ello, añade.

El banco debe decidir para el 31 de marzo si recurre o no al dinero público.

Algunos analistas predicen que Barclays necesitará una buena dosis de capital nuevo para capear el temporal.

Si Barclays acepta acogerse al sistema de rescate bancario del Gobierno, podría decidir pagar en efectivo la prima correspondiente en lugar de con acciones.

Por otra parte, el banco está próximo a cerrar la venta de su división de iShares, la mayor administradora de fondos cotizados del mundo.