Para la entidad, el principal riesgo es quedarse fuera de bolsas, a pesar de todas las dudas que uno pueda tener y de los riesgos aún vivos, que efectivamente existen. En ningún momento de la historia la humanidad ha vivido sin incertidumbres, sin riesgos. Y el momento actual no es una excepción. Nunca todo será perfecto, pero el contexto que hoy vivimos se parece bastante a una especie de “perfección pasajera”. Puede que se trate de una fase transitoria, pero no por eso deberíamos dejar de disfrutar de este momento. Incluso los riesgos geoestratégicos (Corea del Norte, Siria…) y políticos (extremismos, populismos e independentismos) tienden a diluirse inercialmente.

Según Bankinter, los máximos de la bolsa americana están justificados. Y si Wall Street funciona, el resto de las bolsas funcionan. Wall Street cuenta con tres pilares básicos: un entorno macroeconómico no sólo francamente bueno sino también homogéneamente expansivo desde una perspectiva geográfica, unos resultados empresariales en mejora continua y una presión (positiva) de la liquidez sobre los precios de los activos como nunca antes. Creemos que ninguno de estos tres factores cambiará durante 2018 y probablemente tampoco en 2019. La reforma fiscal americana dará más recorrido a Wall Street y tal vez desde antes de lo esperado, arrastrando positivamente al resto de bolsas.

La incertidumbre política en España tenderá a diluirse lentamente en los próximos trimestres, pero no tiene coste cero. Por eso, los analistas de Bankinter revisan a la baja estimaciones sobre el PIB español ya a principios de noviembre, desde +3,2% hasta +3,1% para 2017 y desde +2,8% hasta +2,5% para 2018, tasa que probablemente se repetirá en 2019. Los plazos más cortos de financiación de la deuda española se realizan ocasionalmente (no siempre) a TIR de mercado iguales o incluso algo más elevadas que sus equivalentes italianas (aunque ambas estén en negativo), pero claramente inferiores a partir del plazo a cinco años. Este es el indicador más efectivo para medir el coste de una incertidumbre política que creemos se diluirá a lo largo de los próximos trimestres.

Divisas sin sustos y los tipos europeos lentamente hacia positivo. El yen continuará depreciándose muy lentamente hacia 130/140 en 2018 y hacia 135/145 en 2019, mientras que el USD se mantendrá en el rango 1,14/1,22 este año (antes 1,15/1,25) y en 1,15/1,25 el próximo. La Fed subirá tipos 3 veces en 2018, hasta 2,00% 2,25% y el mercado lo encajará con deportividad. El BCE retirará su actual programa de liquidez o APP a lo largo de 2018 y moverá progresivamente hacia 0% durante 2019 su actual tipo de depósito (-0,40% ahora), subiendo su tipo de referencia o crédito hasta 0,25% en el 4º trimestre de ese año. Con ello los bancos europeos saldrán de su actual “modo de supervivencia”, según señalan los analistas de la entidad.

El banco que dirige María Dolores Dancausa apunta que los hechos demuestran que la estrategia de los últimos trimestres es acertada. Las bolsas valen más, los bonos aguantan y el inmobiliario aún ofrece recorrido, de manera que sólo introducimos “ajustes finos” en la estrategia de inversión que hemos venido desarrollando y transmitiendo durante los últimos 3 años, con particular insistencia y determinación en los últimos trimestres. En este sentido, las “ideas – fuerza” construyen lo que podríamos denominar una especie de “lista de tareas para 2018”: Moverse desde compañías de dividendo hacia bancos, pero sin abandonar las primeras, incorporar small caps americanas a las carteras, favorecer bonos soberanos periféricos europeos frente al resto de bonos y no olvidar una dosis prudente de emergentes, según el grado de tolerancia al riesgo de cada perfil inversor. Todos los nombres concretos (fondos, compañías, etc) se ofrecen con detalle a lo largo de este informe. Las valoraciones y objetivos revisados para las principales bolsas son 4.323 puntos para el EuroStoxx-50 (potencial aproximado +20%), 3.157 para el S&P500 (ídem +17%), 11.751 para el Ibex-35 (+15%) y 25.211 para el Nikkei (+10%).