"Es importante acortar los plazos de aquellas entidades financieras que han tenido más dificultades", justificó Luis de Guindos, tras recordar que el objetivo del Ejecutivo es acelerar el saneamiento de los balances de la banca e incentivar los procesos de consolidación de entidades.
El ministro recalcó que "ya casi no quedan cajas de ahorros", porque éstas se han transformado en bancos, aunque también han sido las más sufridoras en los años de crisis. Por esta razón, las ayudas del Ejecutivo "se han centrado de forma natural en las cajas de ahorros", entidades que han presentado en el difícil entorno económico "una mayor vulnerabilidad".
De Guindos descartó que el Gobierno vaya a hacer uso de los fondos de rescate europeo para acelerar la reforma financiera.