El organismo regulador entiende que la entidad cometió desde julio de 2005 hasta el 21 de mayo de 2010 -cuando el consejo de administración, controlado por el Cabildo Catedralicio de Córdoba, solicitó acogerse al FROB y rechazó la fusión con Unicaja- tres infracciones muy graves y una grave.

Según informan hoy los diarios locales  dos de las infracciones cometidas por los exdirectivos de la antigua caja cordobesa -reconvertida ahora en el banco de la vasca BBK- se refieren a las deficiencias en los mecanismos de control de riesgos derivadas de los excesos cometidos en el sector inmobiliario y al incumplimiento del plan de actuación que establecía como único medio para salvar la caja la fusión con Unicaja.

Las otras dos infracciones tienen que ver con los incumplimientos de los coeficientes de solvencia y el exceso de concentración inversora en tres grupos empresariales.