La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) es el segundo mayor acreedor de la inmobiliaria valenciana, con un total de 18,09 millones de euros, seguido por los 14,9 millones que ostenta Deutsche Bank y los 12,08 millones de Caja Sur.Estas cuatro entidades tienen repartidas sus deudas entre las tres principales compañías del grupo valenciano -Llanera Inmobiliaria, Llanera Construcciones y la matriz Llanera, aunque también entre el resto de empresas: Aldalondo, Descans Les Marines y Patrimoniall Arenall.El grupo acumula unas deudas de 269 millones de euros, frente a unos activos de 304 millones, aunque varias sociedades del grupo han arrojado déficit patrimonial (Llanera Construcciones, Aldalondo y Descans Les Marines).Según los expertos en insolvencias, los proveedores y entidades financieras más afectadas serán las vinculadas con las empresas del grupo que tienen más pasivo que activo, dado que previsiblemente no recuperarán la totalidad de las cantidades que les adeudan.Llanera Construcciones, la sociedad más afectada, con un déficit de 37,18 millones de euros,
debe dinero al grupo Bancaja, a la CAM, a Deutsche Bank y Caja Sur, mientras que Aldalondo sólo mantiene deudas con Bancaja, y Descans Les Marines, con la filial Banco de Valencia.Los administradores concursales constatan que la pérdida de confianza de las entidades y de los proveedores hacen "muy dudosa" la viabilidad de Llanera Construcciones.Sin embargo, consideran que la viabilidad de Llanera como promotora "pasa ineludiblemente por el apoyo de las entidades financieras tanto a corto plazo, por ejemplo en la financiación de circulante, como a largo plazo, en la refinanciación de las deudas hipotecarias principales".Además, consideran necesaria una reestructuración empresarial a todos los niveles que permita cesar en las actividades no rentables del grupo y que permita la continuidad del resto.Según el informe, una de las causas de la situación actual de Llanera es que los créditos para la financiación de la actividad promotora se concedieron a corto plazo, lo que supuso un "alto riesgo"."La deficiente estructura financiera del grupo Llanera y las fuertes inversiones, principalmente en suelo y marketing, han agravado las causas que de forma generalizada afectan al sector inmobiliario inmerso en una crisis profunda", añaden el informe.También se critican las fuertes inversiones en suelo, en su mayor parte rústico, adquirido a precios "no acorde con dicha clasificación, ya que el mismo incluía el valor de las perspectivas urbanísticas", de modo que se trataban de "inversiones de futuro sujetas a factores externos como la recalificación del suelo".El informe es muy crítico con la nueva Ley del Suelo, que se califica de "en extremo intervencionista y penalizadora de la iniciativa privada en la acción urbanizadora", ya que "ignora la realidad del sector y dará como resultado un importante freno a los desarrollos urbanísticos de carácter residencial".