En la junta general de accionistas celebrada este mediodía en El Masnou (Barcelona), Torras explicó que, una vez aprobado el concurso, la dirección se pondrá manos a la obra para superar esta situación ya que, según reiteró, "Dogi es viable", a pesar de las pérdidas y problemas de financiación que arrastra, agravados en los últimos meses por una drástica reducción de ventas y los costes derivados de una reestructuración iniciada en 2007.

Preguntado, tras la junta, por los ajustes del plan, Torras prefirió no cifrar el ERE que prevé aplicar en España --donde emplea 318 trabajadores, ahora ya afectados por un ERE temporal--, así como el de Alemania y China, donde emplea a 225 personas y 305, respectivamente. Sobre la venta de participaciones en filiales tampoco dio muchas pistas. "Estamos abiertos a varias fórmulas", comentó. Dogi posee subsidiarias cien por cien propias en Estados Unidos, Alemania y China, mientras que mantiene alianzas en Sri Lanka y Tailandia.

Precisamente hoy, la filial alemana, Penn Elastic, presentó concurso de acreedores con un pasivo de 10 millones de euros, de los que 5,6 millones corresponden a la deuda con los bancos. En España, hoy el juez aprobó el concurso voluntario de Dogi International Fabrics, con un pasivo de 42,5 millones de euros.

Según Torras, la autorización del juez es un punto de partida para acometer el plan de viabilidad en el que se está trabajando con celeridad para reconducir la situación de Dogi. "La empresa es viable", insistió, tras anunciar a los accionistas presentes --visiblemente muy enfadados con la gestión del consejo de administración -- que el compromiso del equipo directivo es el de conseguir en el "más breve" plazo posible estabilizar económicamente la compañía.

Acompañado por el principal accionista de Dogi, Josep Domènech, el consejero delegado de Dogi explicó los antecedentes que han llevado a la textil a solicitar concurso. Recordó que la ampliación de julio de 2008 por valor de 24 millones de euros fracasó --se suscribieron 4,3 millones-- lo que dejó a la empresa sin los recursos previstos para financiar las inversiones en Dogi II, en El Masnou, donde la textil ha concentrado toda su estructura productiva en España.

Además, justificó la decisión por el descenso en ventas en los dos últimos trimestres --en España del 50% y en Alemania del 30% --, además de la imposibilidad, según Torras, de afrontar los pagos necesarios por la falta de financiación. Según Torras, una vez designados los administradores, espera que el proceso concursal de Dogi se resuelva en un plazo de unos seis-ocho meses, para lograr la rentabilidad en 2010. "Tenemos las capacidades necesarias para ser competitivos", aseguró.

Ante la preocupación de los presentes por la suspensión de cotización de Dogi, Torras se comprometió a normalizar la situación lo antes posible para reanudar la cotización de la textil.

Con todo, varios accionistas expresaron su malestar y descontento con el consejo, a quién acusaron de llevar a la textil al borde del precipicio y de ser un gigante con pies de barro. En la junta, Dogi dio luz verde a las cuentas de 2008 y aprobó el cese como consejero de Gustavo Pérez Carballo, a petición de la propia textil por no acudir a las juntas. Asimismo, Hispánica de Caldedería, con un 5,2% del capital, solicitó un puesto en el consejo. Su petición será tratada en la próxima reunión del consejo de administración.