La tormenta perfecta vuelve a Wall Street. DOW JONES Ind Average, S&P 500 y NASDAQ 100, los tres principales indicadores de la economía estadounidense se mueven con recortes de nuevo de impresión para empezar la semana casi más preocupados de lo que acabaron la anterior, pero con una certeza: la inflación no pierde fuelle en Estados Unidos y negativiza todo el panorama económico, tipos incluidos.
De hecho, el Dow Jones cerró el viernes con su décima semana consecutiva a la baja, mientras que son ya 9 de 10 en el caso del S&P 500 y del Nasdaq, en lo que se concreta, con caídas en estos dos últimos superiores al 5%, en la peor semana que han vivido desde enero.
Así, el Dow Jones acumula un recorta anual del 13,6%, el S&P alcanza, en lo que va de 2022 una caída del 18,16% y las pérdidas de mayor envergadura se las apunta un Nasdaq en mercado bajista que cede un 27,52% en lo que va de ejercicio.
La inflación es la gran culpable, porque no cumplió los pronósticos: 8,6% interanual y la subyacente, sin alimentos frescos y energía subió hasta un más que preocupante 6%. En ambos casos además por encima de lo que esperaba el mercado. Así el goteo de caídas de la semana precedente culminaba el viernes.
Y es que esa inflación desatada despierta los peores temores: que se rompa la línea trazada por la FED ya que algunas firmas empiezan a descontar aumentos de 75 puntos básicos, mucho más agresivas de lo estimado por la Reserva Federal y de lo apuntado estas semanas por los miembros de la FOMC para elevar los tipos.
De nuevo vuelve el fantasma de la recesión a sobrevolar la economía de Estados Unidos y convierte además el consumo en un asunto de carácter psicológico: para una economía que vive de las compras y el gasto en su demanda interna que los productos y servicios sean más caros tiende a que se retraigan.
Así entre los protagonistas de las caídas encontramos a las empresas ligadas al ciclo, como Boeing, el farolillo rojo que ahora lo es más en el Dow Jones y entidades como Goldman Sachs o Wells Fargo, con recortes del 5 y el 6% respectivamente
Desde Bank of America señalan que la economía de EEUU se mueve en recesión técnica, pero sin darse cuenta, aunque desde otras firmas lo que sí se visualiza es un riesgo más real de estanflación con precios que señalan, los consumidores no podrán seguir pagando, al ser tan elevados en un entorno más que difícil. La esperanza, señalan, es que las actuaciones de la FED corten de raíz la escalada de precios al final del verano o cuando empiece el otoño.
De momento la tensión vuelve a un mercado de bonos donde los treasury y sus rentabilidades vuelven a preocupar, con esos ascensos de la tasa a dos años subiendo por encima de los 24 puntos básicos hasta alcanzar el 3,065% en su rendimiento, su nivel más elevado desde 2008. Con el tesoro de referencia a 10 años en el 3,157%, mientras los miedos a la recesión, por la inversión en la curva de tipos, vuelve a planear en el horizonte.
Por eso en los próximos días y en concreto el miércoles, todas las miradas se centrarán en el cometido de la Reserva Federal de Estados Unidos, cuando se descuenta por consenso y como se ha apuntado una subida de 50 puntos básicos en los tipos americanos.