El trading de alta frecuencia se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los reguladores, tanto en Europa como en Estados Unidos, debido a la sospecha de que estas firmas especializadas utilizan su ventaja tecnológica sobre el conjunto del mercado para obtener beneficios.
En este sentido, según recoge Carlos Salas en su blog zoomboomcrash, los ordenadores especializados en este tipo de operaciones mueven millones de acciones en cuestión de microsegundos, y aprovechan que los relojes de las instituciones financieras no están sincronizados a la misma velocidad.
Para contrarrestar este efecto, un reloj atómico conectará las principales empresas financieras de la bolsa de Londres, según la publicación New Scientist. Al conectar todo el sistema financiero a un mismo reloj atómico, situado en el National Physical Laboratory de Teddington, “a 25 kilómetros, por fibra óptica, no habrá máquina que pueda aprovechar ningún retraso de tiempo”, ya que todos los operadores estarán “bailando al mismo ritmo”.
C.P.O.