S&P 500 en riesgo por la inflación y el conflicto israelí-iraní

Si el S&P 500, uno de los principales índices americanos, venia atravesando varios obstáculos en lo que vamos del año, ahora debemos sumarle un par mas. Los estrategas de RBC Capital han añadido a la lista de riesgos los temores por la inflación y el conflicto israelí-iraní. No obstante, desde Bank of America se muestran más positivos sobre el selectivo.

Las declaraciones de RBC publicadas por Bloomberg señalan que las acciones estadounidenses se muestran vulnerables debido a la reciente alza y cotizaciones exageradas.

Los expertos señalaron cuanto más se extienda el conflicto en Medio Oriente, más negativo será para las acciones americanas.

En el peor de los casos, los expertos señalan una corrección del 20% y en el mejor podría acusar una caída de alrededor del 13%.

“El conflicto podría generar más inquietud sobre la salud del consumidor, la economía en general y la trayectoria de la Reserva Federal, un cambio de narrativa que parece que podría ser problemático para los precios de las acciones”, añadió RBC.

Con respecto a la inflación, los estrategas señalaron que un “repunte grave” de la inflación hacia el 4% podría contribuir a una caída del S&P 500 hacia los 4.800 puntos.

A pesar de este escenario, los analistas de Bank of America Securities mantienen su convicción positiva con respecto al índice.

Según los datos compartidos por Bit Finanzas, BofA señala que tras la caída de abril cotiza 21 veces las ganancias futuras. Un 35% por encima de su media histórica. No obstante, destacan que a diferencia de 1980 el índice está dominado por  empresas con mayores márgenes, menor apalancamiento y menor volatilidad de utilidades.

Savita Subramanian, jefe de estrategia cuantitativa y de renta variable de EE. UU. de BofA, ha señalado varias razones por las que el mercado americano puede justificar su valoración: Un balance general más sólido, menor número de empresas no rentables y mayor flujo de caja libre por acción.

Además ofrece el doble de crecimiento de largo plazo que Asia o Europa, con menor volatilidad en sus beneficios y un ecosistema más favorable para las empresas. Sin olvidar su independencia energética, el rol del dólar como moneda de reserva, su liquidez incomparable y el liderazgo global en el sector energético.

El modelo de BofA favorece  los sectores de servicios de comunicación, utilities y tecnología.