La divergencia que ha habido en las últimas semanas entre las acciones momentum y growth de EEUU frente a las value se ha trasladado a los índices mundiales. “Es demasiado pronto para decir si la transición desde el momentum hacia el value puede aguantar pero el efecto combinado del crecimiento económico, la reforma tributaria y la política monetaria menos expansiva puede marcar un cambio en el sentimiento inversor”, reconoce Kasia Kiladis, directora de inversiones en renta variable estadounidense de Fidelity quien reconoce que la reactivación del value investing lleva gestándose algún tiempo aunque ha dejado un par de salidas en faso en los últimos años.

Esta experta reconoce que tras la crisis financiera mundial ambos tipos de acciones se movieron de forma pararela al índice mientras que a partir de finales de 2014, el momentum comenzó a acelerar a medida que los capitales entraron en masa en el sector tecnológico mientras que las acciones value comenzaron a languidecer.  Las mayores expectativas de crecimiento económico mayo y en previsión de que se produjeran cambios en la política económica tras la elección de Trump hizo que, a finales de 2016, las acciones value se dispararan. Un cambio de papeles que duró poco “pues en 2017 volvieron a destacar las acciones momentum y growth”.

 

 

Y llegamos al ahora. Kiladis habla de tres factores que pueden dar impulso a las acciones value: el crecimiento mundial sincronizado, la reforma tributaria en Estados Unidos y el endurecimiento monetario en EEUU y Europa.  Pero, vayamos por partes:

En lo que se refiere al crecimiento mundial, las positivas perspectivas de beneficios dan apoyo al estil value. Con la confianza de los consumidores estadounidenses en su nivel más alto de los últimos 17 años, crecimiento del PIB acelerándose y con Japón revisando al alza sus beneficios empresariales, serán las compañías con valoraciones más bajas las que previsiblemente se beneficien del crecimiento del PIB, confianza de los consumidores y revisiones al alza de los beneficios. Sectores como atención sanitaria, energía o telecomunicaciones están ahora mucho más baratos que hace un año. El diferencial del PER ajustado al ciclo entre los sectores más caros y más baratos es de 28 veces, frente a las 19 veces de hace un año.

 

 

En cuanto a la reforma tributaria, podría dar un impulso a la inversión empresarial y los beneficios. La reforma baraja de forma permanente el tipo máximo del impuesto de sociedades del 35% al 21% con lo que las empresas que pagan tipos impositivos más altos se beneficiarán de los recortes de impuestos. Estas empresas a menudo suelen estar en el mercado interno que, a su vez, son las acciones con valoraciones, en general, más bajas.

Por último, el endurecimiento monetario es, a menudo, sinónimo de reflación. Los primeros atisbos de endurecimiento monetario que vimos en 2016 podrían consolidarse ahora. Un endurecimiento que se ha iniciado en Estados Unidos – donde se produjeron tres subidas de tipos en 2017 con una reinversión de los flujos de efectivo de los bonos de 50.000 millones desde octubre – mientras que en Europa y Japón se muestran señales de políticas monetarias menos expansivas aunque muy graduales. “La reflación es positiva para las acciones que se benefician de las expectativas de mayores beneficios futuros a perpetuidad. Esta larga duración, combinada con las bajas valoraciones de las acciones value, podría indicar que existe un amplio margen de recuperación de las acciones”.  Las empresas value con un elevado apalancamiento operativo y financiero podrían comportarse especialmente bien, mientras que las empresas con valores elevadas podrían ver cómo sus cotizaciones se estancan.

En definitiva, hace mucho tiempo que las perspectivas para las acciones value no eran tan prometedores como en estos momentos. Esto no quiere decir que no existan riesgos para su recuperación. “La montaña de deuda que acumula China, por ejemplo, podría hacer descarrilar el crecimiento económico de su región y del mundo. Sin embargo, los dirigentes del país se están tomando esta amenaza muy en serio”.  Corea del Norte sigue siendo imprescindible y los detalles del Brexit siguen siendo escasos. Si la economía mundial puede gestionar estos riesgos, “la recuperación de las acciones value tiene visos de continuar. Los inversores suficientemente valientes para lanzarse ahora y apostar por las acciones value pueden conseguir mayores recompensas que los que se limiten a esperar acontecimientos”, concluye Kiladis.

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