La teoría es muy clara, cuando el Dow Jones Transportes –el índice que aglutina a las compañías del sector- cae, está implicando un empeoramiento de la economía. Se supone que en la era industrial un incremento de las necesidades de transporte implica un aumento de la actividad económica y viceversa. Si los transportes empiezan a mostrar debilidad –a través de su representación de la bolsa-, pronto se vería en el índice industrial.
Y es claro que desde el pasado 27 de julio el selectivo que incluyen a las compañías de transporte está por debajo del industrial.
Como se puede ver en el siguiente gráfico en el que se comprarn los dos índices en un plazo de 12 meses vemos cómo el industrial sube casi un 20%, frente al 17%. Pero la situación se complica desde enero. En este periodo, el de transportes sube un 10%, frente al 1,20% que se apunta el otro selectivo.
Hace ya unas semanas, el columnista Howard Gold, alertaba de esta divergencia y explicaba que “aunque no es una catástrofe, se trata de una divergencia que debe ser tomada como una señal de aviso”. En su opinión, la teoría de Dow, que afirma que los transportes tiene que confirmar los máximos del Dow Jones Industrial para que la subida continúe. “Aunque no se trata de un indicador perfecto, debe vigilarse”, afirma el columnista.
En estos momentos, el Indicador Premium del Dow Jones es claro, su tendencia es inequívocamente alcista, al recibir los 10 puntos posibles.